Temor en el mercado: ¿podrá evitar el BCE otra crisis de deuda periférica?

Las primas de riesgo y los diferenciales de crédito de Italia y España comienzan a dispararse

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Christine Lagarde, presidenta del BCE.

¿Podrá evitar el Banco Central Europeo (BCE) otra crisis de la deuda soberana periférica de la zona euro? Es la pregunta que se hace el mercado, muy crítico con el organismo y su presidenta, Christine Lagarde, tras la reunión sobre política monetaria de la semana pasada.

"El riesgo de que los diferenciales de los bonos europeos se amplíen sigue vigente", afirma Pietro Baffico, economista de abrdn. Una valoración que es compartida por los inversores, debido a la falta de concreción de Lagarde cuando habló sobre este tema.

Como muestra, el interés del bono español a 10 años se ha disparado hasta cerca del 3% y el bono italiano supera ya el 4%. Azad Zangana, economista y estratega europeo senior de Schroders, comenta que "la debilidad de euro tras el último anuncio de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE)la reunión del hace temer por la Europa periférica".

En su opinión, el BCE se enfrenta al "gran reto de endurecer su política sin desencadenar una crisis de deuda en la Europa periférica, especialmente en Italia". Para Zangana, la subida en los rendimientos de los bonos periféricos y las primas de riesgo "sugiere que los inversores quedaron más preocupados tras el compromiso del BCE de frenar dichos aumentos".

Desde Axa Investment Managers, critican "la vaguedad en el compromiso antifragmentación" de los diferenciales de crédito, que provocó "la consternación de los inversores", al mismo tiempo que consideran las previsiones de crecimiento "demasiado optimistas".

Aunque reconocen que "es probable que el mercado subestime la forma en que se puede diseñar (activación del BCE o del gobierno, condicionalidad, esterilización)", esperan "que se produzca una mayor presión sobre los diferenciales antes de empujar al BCE a (re)actuar".

Esa presión es la que se está notando tanto en los bonos como en las bolsas, con fortísimas caídas para los bancos europeos, sobre todo italianos, españoles y portugueses, debido a estos temores del mercado a una nueva crisis de deuda europeas.

"Las expectativas de que el BCE introduciría alguna 'herramienta de control de diferenciales' para limitar los riesgos de fragmentación se vieron frustradas", explica David Alexander Meier, economista de Julius Baer

En la misma línea, el banco holandés ING comenta que "el BCE se abstuvo de ser más específico sobre cómo pretende hacer frente a la amenaza de fragmentación. Lagarde reiteró el compromiso de evitarla, ya que la primera línea de defensa siguen siendo las reinversiones existentes de la cartera de PEPP, pero también dijo que no había umbrales particulares que desencadenaran la intervención".

En este contexto, no descartan que la prima de riesgo italiana aumente hasta 250 puntos básicos, lo que puede generar una inestabilidad financiera que finalmente obligue al BCE a ser más preciso sobre cómo piensa controlar los diferenciales de crédito.

En su opinión, el mercado está castigando a un "BCE más agresivo", pero "sin herramientas para suavizar el impacto cada vez mayor en los diferenciales soberanos" de su endurecimiento monetario. Por tanto, el organismo monetario liderado por Christine Lagarde tendrá que clarificar su postura en la reunión de julio.

El gran reto del BCE, como reiteran los expertos, es normalizar su política monetaria y retirar liquidez del mercado sin provocar una crisis financiera. "Lo que viene ahora no será un camino fácil, ya que la senda de endurecimiento monetario en la que se ha adentrado el BCE es estrecha y vertical", señala Olivier de Berranger, director de inversiones de La Financière de l’Echiquier.

Para este experto, hay "riesgo de que se produzca un repunte significativo del coste de financiación de los Estados, fuertemente endeudados en muchos casos". Por tanto, el mercado seguirá presionando al BCE hasta que Lagarde ofrezca más detalles o un marco de actuación para mantener a raya el coste de financiación de los estados más vulnerables. De lo contrario, el temor a otra crisis de deuda en la eurozona será cada vez mayo.

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