El colapso bursátil del 60% en Repsol deja pillados a los grandes fondos internacionales

Su capitalización bursátil se ha hundido por debajo de 10.000 millones de euros

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El consejero delegado de Repsol, Josu Jon ImazREPSOL - Archivo

El colapso bursátil de Repsol ha dejado pillados a los grandes fondos de inversión internacionales, que controlan más del 15% del capital de la petrolera, participada además por Sacyr.

Las acciones de Repsol marcaron a principios de octubre un mínimo anual en 5,37 euros, muy cerca de los mínimos de 2009 (descontando el pago de dividendos), que fueron 5,31 euros por título. Hay que recordar que el máximo anual del valor se situó en 13,71 euros antes de la pandemia, por lo que su desplome ha sido nada menos que del 60% en los últimos meses.

Un hundimiento en toda regla que ha dejado pillados a grandes fondos como BlackRock, que controla un 5% del capital; y The Vanguard Group, que posee el 3% del capital. Como está especializado en fondos indexados, Vanguard no suele vender sus participaciones en las compañías que forman parte de un índice representativo, como es el Ibex 35.

La capitalización bursátil de Repsol se ha hundido por debajo de 10.000 millones de euros en parte por el desplome del precio del petróleo debido a la pandemia. Sus acciones se mueven en consonancia con el 'oro negro', que en el caso del barril Brent, de referencia en Europa, acumula una caída del 30%.

Bank of America (BofA) prevé que su recuperación a los niveles de 2019 tarde entre dos o tres años. "De forma agregada, la demanda de crudo puede tardar dos o tres años en alcanzar los niveles preCovid", han señalado sus expertos.

El otro factor determinante para los inversores es la preferencia por 'activos verdes', que se ha puesto de manifiesto por la gran revalorización de eléctricas como Iberdrola, que cotiza en máximos históricos. Su valor bursátil se ha disparado hasta casi 69.000 millones de euros. La rotación de los inversores hacia este tipo de compañías líderes en la transición renovable es fundamental para explicar la negativa evolución bursátil de la petrolera.

"No es casualidad, es una clara indicación de hacia dónde se está moviendo el sector", aseguraban la semana pasada fuentes del sector de la energía al valorar la llegada de Solaria al Ibex. Otro ejemplo de la preferencia del mercado por este tipo de compañías.

Tras BlackRock y Vanguard, los inversores más expuestos son el fondo soberano de Noruega, Norges Bank, que controla un 2,52%, seguido de BlackRock (1,87%), Amundi (1,04%), Citadel Advisors (0,92%), Schroder IM (0,78%), Invesco AM (0,72%), Union Investment Privatfonds (0,68%) y UBS (0,59%).

Otro inversor histórico afectado por el desplome es Temasek Holdings, el fondo soberano propiedad del Gobierno de Singapur, que aún controla el 1,41% del capital. Todos ellos mantienen exposición a Repsol, que se ha comprometido con su dividendo pese a que otras grandes del sector han recortado o eliminado su retribución al accionista por la pandemia.

Además, JPMorgan declara una participación sobre el 6,85% del capital, aunque en este caso se trata de una exposición con instrumentos derivados que proviene de una cobertura realizada en su día por Sacyr, que controla un 8,2% del capital.

Morgan Stanley prevé que la cotización de las grandes petroleras remonte el vuelo, previsiblemente, a finales de 2021 y, hasta entonces, aún vislumbra nuevas incertidumbres. Así, la visibilidad en bolsa de Repsol aún encara una larga travesía por el desierto.

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