Crítica: “Terminator: Génesis”

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Nota: 5

Llegó el día del Juicio Final… Otra vez. Cuando una franquicia logra marcar un hito dentro de la historia del cine, lo lógico es que se intente exprimir hasta las últimas consecuencias. No hay nada malo en ello. Cuando a James Cameron se le ocurrió traerse a un T-800 del futuro para acabar con la vida de Sarah Connor y de su pequeño, John Connor, sabía que tenía entre manos algo grande. Con su pulso de maestro, el director convertiría a esas máquinas revolucionadas en lo que son hoy: Una de las franquicias más veneradas por los espectadores. Tanto la primera como la segunda entrega se apoyaban en la espalda de un sensacional Arnold Schwarzenegger para construir una sorprendente y seductora historia que también se permitiría el lujo de reinventar el mundo de los efectos visuales. Un listón demasiado alto para los sucesores…

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“Terminator: Génesis” se convierte en el tercer intento por lograr reiniciar la saga. Tras las pobres propuestas de “Terminator 3” y “Terminator: Salvation”, el director Alan Taylor ofrece una idea de objetivo bastante incierto. Por un lado, hay un evidente interés en ofrecer un nuevo punto de partida para futuras entregas, pero en términos generales la cinta carece de cualquier tipo de aportación nueva a la franquicia. Parece mentira que teniendo entre manos un material de 24partida tan interesante, cada nueva película no haga más que distraerse en paradojas temporales sin sentido. El resultado es que la saga, lejos de marcar una nueva salida, solo consigue desordenarlo todo un poco más.

Muchos son los problemas que tiene “Terminator: Génesis”. Se vuelve a apostar por el artificio, las explosiones y el ruido. Tanto es así, que el propio arranque de la cinta ya es excesivo. Si a eso le añadimos el hecho de que Jai Courtney (Kyle Reese) y Emilia Clarke (Sarah Connor) están absolutamente horribles, el filme se queda en una nueva oportunidad perdida para devolver a “Terminator” a lo más alto. Solo un genial Arnold Schwarzenegger mantiene el listón en la que, probablemente sea la peor cinta de la saga. El actor es el vivo ejemplo de la frase tan repetida por su personaje: “Viejo, pero no obsoleto”.

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Cuando partes de la esencia de una película de culto, todo debe gestionarse mejor. Personajes, música, actores o lugares son ya mitos de la pantalla. Si eres capaz de darle su parcela debida a cada uno de esos elementos, tienes media película hecha. La cosa marcha mal si estás distraído en tratar de hacerlo todo más grande y espectacular. Lo que prometía ser un nuevo principio para la saga, se convierte en un nuevo e irrelevante capítulo de la lucha contra Skynet. Entretenido, pero insuficiente para lo que podría haber resultado. Si alguien quiere dar salvar esto, que haga como que las tres últimas cintas nunca existieron. Derribar para construir.

Héctor Fernández Cachón

@HectorFCachontwitter3