Banda Sonora: “Once”

once

Oscar a la mejor canción original en 2007, Once es una pequeña joya cinematográfica. El irlandés John Carney acudió a Glen Hansard, popular cantautor en su país que ya había aparecido en The Commitments, aquella película de principios de los 90 en la que una serie de músicos se empeñan en ir a contracorriente y sacar adelante su banda de soul, ante el desconcierto generalizado.

Glen Hansard contó con Markéta Irglová, jovencísima cantautora checa para que le acompañase en la banda sonora. Ambos facturaron la excelente música que acompaña a esta sencilla pero entrañable historia de amistad y amor (o casi amor). Un día paseando por Dublín la chica conoce a un guitarrista callejero que se entrega en cuerpo y alma a sus canciones y se sorprende, al igual que los espectadores de la película, ante la desatada interpretación de Say it to me now.  Comienzan a hablar de música y de aspiradoras estropeadas. El guitarrista se compromete a arreglarle la aspiradora, y la chica a escuchar más canciones.

Ambos acuden a una tienda de instrumentos donde toman prestado por unos minutos un piano. Comienzan a sonar las primeras notas de Falling Slowly… A partir de ahí ambos estrechan su relación y empiezan a pensar en una colaboración musical más seria. El amor y la amistad se entremezclan. Ninguno de los dos se encuentra en su mejor momento. La chica es una inmigrante que vive con su madre y su hijo a la espera de que vuelva el marido, mientras que el personaje de Hansard aun no se ha recuperado de una relación anterior que, por otro lado, le sirve de inspiración para sus temas.

Once fue una gran sorpresa para muchos aficionados al cine. La historia es entretenida y cercana. Tal vez pueda resultar un poco cursi para algunos espectadores, pero a buen seguro que tocará la fibra sensible de aquellos aficionados al buen cine romántico. Con un leve toque de cine social, no resulta cargante al combinarlo sabiamente con otras facetas.

Pero lo que eleva la categoría de esta película es su música. Las escenas de composición o la magnífica parte en la que el grupo recién formado graba sus primeras canciones, resultan emocionantes por su sencillez y autenticidad. Y es que la gran banda sonora de Once interviene a nivel narrativo como una parte esencial de la película que, tras poco más de 80 minutos, se cierra con un brillante final.

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