Si todavía no habéis visto “Hierve”, ya estáis tardando

A veces en el cine ocurren cosas mágicas. Sin que uno lo vea venir se encuentra con obras capaces de pasarle por encima al más pintado. Películas que destilan cine por los cuatro costados. Joyas tan increíbles como Hierve.

En la noche más concurrida del año en uno de los restaurantes de moda en Londres, el carismático jefe de cocina Andy Jones trata de no derrumbarse ante una crisis personal y profesional que podría destruir todo aquello por lo que ha trabajado. La inesperada visita de un inspector de sanidad y seguridad alimentaria aumenta la presión sobre el personal mientras no dejan de llegar más y más clientes. Andy abronca y engatusa a su equipo indistintamente, haciendo todo lo posible para disipar las tensiones entre la gerencia y los trabajadores, mientras atiende a las ridículas demandas de sus clientes.

Referirse a la sensacional película de Philip Barantini, muchos aludirán a una cuestión de forma, y es que Hierve está rodada en un plano secuencia de 90 minutos que, en apariencia, no se corta ni un segundo. Sin embargo, ya os podemos garantizar que ese detalle lo olvidareis en menos de 5 minutos. Y es que Hierve no es una película en la que todo se pone al servicio de la forma. Más bien al contrario. El filme nos ofrece un drama culinario brillante y perfectamente orquestado, en el que un buen puñado de personajes transitan de forma espontánea y arrolladora.

Absolutamente todo funciona Hierve, un alarde de cine en toda regla en el que, para colmo, los intérpretes se marcan un ejercicio de talento pocas veces visto. Una maravilla liderada por un Stephen Graham en estado de gracia y que podemos disfrutar de la mano de Filmin.