Regalos de cine: la casa de “Pesadilla en Elm Street”

Si eres una pareja joven cuyo ambos miembros trabajan o tienen unos ahorrillos y ya están pensando (beatus illi…) en independizarse, ¿qué mejor que echarle un vistazo a las ofertas inmobiliarias? Yo he seleccionado una especial para esos casos: la casa de “Pesadilla en Elm Street”.

Así es, una de las casas que se utilizó durante la producción de la primera y rompedora película de Freddy Krueger ha sido puesta a la venta. Realmente el interior nunca fue empleado en el cine, pero sí su fachada que, por cierto, conserva intacta. El precio de venta está en los dos millones de dólares que eso al cambio, como todos sabemos, los europeos salimos ganando. Se queda para nosotros en un millón y medio de euros, lo que viene siendo calderilla.

pesadilla-elm-street

La casa, al margen de la anécdota que la vincula con “Pesadilla en Elm Street”, está muy bien: en doscientos cincuenta metros cuadrados se distribuyen tres habitaciones, tres baños completo, cocina, salón, jardín, una piscina, y, atención, casa de invitados con su propio baño incluido para que los amigos gorrones no molesten o para mantener atada en corto a la suegra cuando vaya hasta Los Ángeles a visitar a la feliz pareja.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=UDMdTTvoD5A[/youtube]

Y ya que sale el tema de “Pesadilla en Elm Street”, vamos a hacer memoria y a hablar un poco del personaje principal. Dejo el tráiler en español, aunque soy un poco reacio por la sutil censura que impone el doblaje con algunas palabras malsonantes. Supongo que es un intento ingenuo de proteger al espectador: no creo que un “fucking” traducido le afecte más que un Freddy Krueger seductor, que, vamos, parece un italiano sacando la lengua por el teléfono.

Wes Craven es el mítico director y creador de este personaje. Las fuentes de inspiración debemos encontrarlas en su pasado: su compañero Fred Krueger era un insoportable abusón que de vez en cuando se metía con él. De hecho, recicló un pelín el nombre y también se lo prestó a uno de los asquerosos degenerados que aparece en “La última casa a la izquierda”, otra de esas películas que, incluso hoy en día, es capaz de acelerar las pulsaciones. El vestuario, sin embargo, lo sacó de un mendigo que vio una vez cuando tenía diez años. Esa mezcla entre abusón del cole y vagabundo grunge dieron como resultado a nuestro querido “Freddy” Krueger. También cabe destacar que el asesino en sueños estaba proyectado para ser más repelente (en el sentido horripilante), pero una cosa llevó a la otra y Freddy tuvo su propia personalidad: se pasó al humor negro y a ser un gamberro entrañable.

Si te gusta saber detalles de las películas y conocer qué hay detrás, estate atento a los próximos artículos.