Paul Newman, que estás en los cielos

Ya hace un tiempo que nos dejó (2008), pero cuando alguien lleva una vida como la de Paul Newman se convierte en inmortal. El cine no sería tanto cine de no haber existido él. Demasiado apuesto y encantador, pocas estrellas han brillado tanto como la del bueno de Paul. Su arrebatador talento era bendecido con un estilo arrebatador. Lo de Newman era un milagro llevado hasta las últimas consecuencias, ya que la leyenda nunca se difuminó.

Corría el año 2002 y, a sus 77 años, Paul Newman ya no se prodigaba demasiado por la gran pantalla. Faltaban seis años para su muerte, pero desde que ganase el Oscar en 1986 por El color del dinero, apenas ocho habían sido las apariciones en la gran pantalla de la leyenda del cine. Paul era estilo, clase y talento, lo que demostró hasta el último minuto de su vida. Consciente de lo que representaba para el cine, el actor decidió que sólo iba a trabajar si el papel merecía la pena. Lejos del empeño que muchas estrellas muestran por emborronar sus carreras por dinero, Paul tenía claro que su despedida iba a ser bien diferente.

Resulta difícil imaginar un final más hermoso. Firmando una de las escenas más poderosas del cine moderno, Paul Newman se despedía de la gran pantalla bajo la lluvia, un sombrero calado y la admiración de millones de cinéfilos. Camino a la Perdición ponía el punto y final al actor y daba el pistoletazo de salida a la leyenda… del indomable.

ME GUSTARIA SER RECORDADO COMO UN HOMBRE QUE TRATO DE SER DE SU TIEMPO,DE AYUDAR A LA GENTE A COMUNICARSE, QUE TRATO DE PRODUCIR ALGO DECENTE EN SU VIDA. ALGUIEN QUE HA SABIDO CRECER SIN CELEBRAR DEMASIADO SUS VICTORIAS,QUE NUNCA ESTUVO TOTALMENTE SATISFECHO CONSIGO MISMO. ALGUIEN A QUIEN LOS FRACASOS NUNCA LE AMILANARON PORQUE HAY QUE SEGUIR INTENTANDOLO SIEMPRE. ESO ES LO MAS IMPORTANTE.”

Capaz de comerse 50 huevos seguidos, de dar el golpe del siglo, de lograr carambolas imposibles en una mesa de billar o de enamorar a Elizabeth Taylor con una simple mirada, los andares de Paul y su eterna sonrisa siempre estarán grabados a fuego en nuestras retinas. Paul Newman, que estás en los cielos…