Los Premios Oscar no se guían exclusivamente por criterios artísticos. No descubrimos el Santo Grial diciendo esto. Ya nos referíamos a este tema en relación a Argo, una de las grandes triunfadoras del año pasado. En la edición 2014 destaca un nombre entre las grandes perdedoras: La gran estafa americana. A buen seguro que David O. Russell y los productores de la cinta se han quedado fríos tras la gala. Y es que no siempre las cintas manufacturadas para triunfar en la gala logran su objetivo. No hay estatuillas para todos.
Podríamos decir que La gran estafa americana no se ha llevado ningún Oscar porque es mediocre. Pero esa afirmación no es válida en el caso de Nebraska, otras de las perdedoras de la noche y que, sin embargo, era la película más brillante de las nominadas al premio gordo. Por encima de ellas se alzó 12 años de esclavitud, cinta irregular pero potente.
La gran estafa americana golpeó con fuerza en los Globos de oro y se las prometía felices ante la gala de los Oscar. Pero ni siquiera Jennifer Lawrence, favorita a mejor actriz secundaria, pudo llevarse una estatuilla a casa. Tendrá tiempo para volver a intentarlo. Como Leo Dicaprio o Michael Fassbender.
El primero dedicó varios años de su vida a preparar El lobo de Wall Street. Su trabajo, rozando en varios momentos la sobreactuación, no ha tenido premio. Pero es que la temática y el tono de la cinta de Scorsese no eran muy oscarizables. Tal vez para la próxima Leo. A veces menos es más. Que se lo digan a McConaughey. ¿Y Fassbender? El actor germano terminará ganando un Oscar. Más temprano que tarde. Puede estar tranquilo. En 12 años de esclavitud da una lección de actuación, incluso a uno de los productores de la cinta. Pero eso es otra historia…
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