Tras varios cortos, Julio Medem afrontaba a principios de los 90 su primer largometraje. Con el apoyo de Michel Gaztambide al guión, se trasladó a las profundidades del bosque vasco para presentar una historia original, sugerente y turbadora. En 1992 se estrenó Vacas, una de las mejores óperas primas de un cineasta español en las últimas décadas. Delante de la cámara estaban Carmelo Gómez, Ana Torrent, Karra Elejalde y Emma Suárez. Todos ellos, actores y actrices eficientes que cumplieron bien con su labor.
Pero lo más interesante de Vacas está en su estructura narrativa. Y es que Medem, ya desde sus inicios, mostró que lo suyo era para echarle de comer aparte. Licenciado en medicina, siendo adolescente recibió una cámara Súper 8 con la que empezó a realizar sus primeros pinitos cinematográficos. Más adelante ejerció de crítico y finalmente decidió convertirse en autor.
Con Vacas dejó patente que su estilo sería único e inclasificable. Recursos poéticos, saltos en el tiempo, poderosa simbología… Medem encontró en el bosque vasco el escenario ideal para dar rienda suelta a su complejo universo creativo. La cinta se inicia en plena guerra carlista donde un cobarde huye de la guerra tras no soportar la presión de verse en una trinchera y con una escopeta en la mano. No tardará en encontrarse con una vaca en su huida. El ojo de la vaca actúa como aglutinante de las diferentes épocas que vive esta familia. Años más tarde, su hijo hereda la habilidad con el hacha lo que le permite ganar dinero y popularidad. En el otro lado, otra familia, otro caserío, otro aizkolari y otra mujer…
Medem explora las posibilidades estéticas y poéticas del bosque, de la naturaleza, de sus animales, sus plantas… Y sus secretos y leyendas. Vacas fue un éxito de crítica y una sorpresa del cine español, tan escaso de propuestas creativas y autorales. El donostiarra continuó la senda abierta por su ópera prima en cintas como La Ardilla Roja, Los amantes del círculo polar, o Tierra. Luego llegó la irregular Lucía y el Sexo y esa cosa llamada Caótica Ana. Pero antes, el joven Medem nos regaló Vacas, una historia subyugante que ya es un cásico del cine español.
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