“Mortal Kombat” mola y ya hay que decirlo

A peor no podía ir la cosa. Corría el año 1995 cuando los gamers más entregados asistían al aterrizaje en salas de uno de sus videojuegos favoritos. Tras pasar horas y horas repartiendo estopa consola de por medio, los fans de Mortal Kombat respondían a la llamada de Paul W.S. Anderson para una película protagonizada por Christopher Lambert y que, desgraciadamente, resultaría uno de los primeros patinazos de la historia de las adaptaciones cinematográficas de videojuegos.

Ahora, más de un cuarto de siglo después, los famosos personajes del mítico videojuego han vuelto a la gran pantalla con sumo acierto. Y es que, a pesar de no ser ninguna obra maestra, la nueva Mortal Kombat es todo lo que podría ser. Habría resultado extraño encontrarnos con una especie de Ciudadano Kane. Por contra, el filme es realmente entretenido y divertido. Un acierto en toda regla y la película que los fans del videojuego nos merecíamos.

¿De qué va Mortal Kombat? Cole Young, el luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas), acostumbrado a recibir palizas por dinero, desconoce su ascendencia, y tampoco sabe por qué el emperador Shang Tsung de Outworld ha enviado a su mejor guerrero, Sub-Zero, un Cryomancer sobrenatural, para dar caza a Cole. Cole teme por la seguridad de su familia y busca a Sonya Blade siguiendo las indicaciones de Jax, un comandante de las Fuerzas Especiales que tiene la misma extraña marca de dragón con la que nació Cole. No tarda en llegar al templo de Lord Raiden, un Dios Anciano y el protector de Earthrealm, que ofrece refugio a los que llevan la marca. Aquí, Cole entrena con los experimentados guerreros Liu Kang, Kung Lao y el mercenario rebelde Kano, mientras se prepara para enfrentarse a los mayores campeones de la Tierra contra los enemigos de Outworld (El Mundo Exterior) en una batalla de enorme envergadura por el universo. Veremos si los esfuerzos de Cole se ven recompensados y consigue desbloquear su arcana -ese inmenso poder que surge del interior de su alma— a tiempo de salvar no solo a su familia, sino para detener Outworld de una vez por todas.