Las películas más sobrevaloradas del 2014 (Parte II)

 

– “Interestellar” (Christopher Nolan): Esto ya no hay por donde cogerlo… Al salir de la sala, como viene siendo habitual en las películas del director la gente dice: “No la he entendido, pero me ha encantado”. Con esta filosofía, “Interestellar ” se convierte en un éxito inexplicable. Con un director sumido en una ilimitada espiral de ambición, el filme deja de lado un centenar de minutos de cine de altura para convertirse en un nuevo vehículo de lucimiento de un director empeñado en parecer más listo que el resto de la humanidad. El día que Christopher Nolan decida hacer cine dejar de liar la madeja, todos volveremos a disfrutar de obras como “Memento” o “Batman Begins”. Hasta entonces, toca soportar a un insolente pretencioso empeñado en ser más grande que Kubrick, sin se él nada de eso.

7

 

– “Adiós al Lenguaje” (Jean-Luc Godard): Partamos de la base de que Jean-Luc Godard es un director descontextualizado. Lo de Christopher Nolan apunta a tipo falto de confianza que intenta llenar su contador de ego, pero Godard si está encantado de conocerse. “Adiós al lenguaje” es una de esas películas automasturbatorias tan comunes en la filmografía de un director al que ya no le queda mucho que contar. Alguien debería avisarle de que los sesenta y los setenta acabaron hace mucho tiempo y de que ese estilo nacido de un cabreo en sala de montaje con “Al final de la escapada” ya no se lleva. A ello hay que añadirle que ver a Godard rodar en 3D es como ver a Camilo Sesto cantar “Mola Mazo”. Es como ese señor que intenta parecer juvenil y guay. Le falta el bótox…

8

 

– “Ocho Apellidos Vascos” (Emilio Martinez-Lázaro): Vaya por delante que le estaremos eternamente agradecidos a “Ocho Apellidos Vascos” por todo lo que ha supuesto para el cine español con sus más de 55 millones de Euros recaudados. Un hito en la historia del cine patrio de lo más reconfortante. El problema es que, cuando terminamos de ver “Ocho Apellidos Vascos” nos cuesta quitarnos de la cabeza la frase esa de que vale más caer en gracia que ser gracioso. La cinta no deja de ser una comedia agradable, pero con poco más salvable que la estupenda interpretación del siempre magnífico Karra Elejalde. Con un humor costumbrista lejos de la esperada esencia de “Vaya Semanita” que todos esperábamos, “Ocho Apellidos Vascos” no tarda más de diez minutos en olvidarse al salir del cine y carece de secuencias cómicas de suficiente calado como para ser recordadas en reuniones de amigos.

9

 

(Parte I)

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