“La primera purga: La noche de las bestias” es mucho más de lo que parece

Para mantener durante el resto del año la tasa de criminalidad por debajo del 1% los Nuevos Padres Fundadores de América ponen a prueba una teoría sociológica que da rienda suelta a todo tipo de agresiones durante una noche en una comunidad aislada. Pero cuando la violencia de los opresores se encuentra con la ira de los marginados, el vandalismo explota más allá de esas fronteras “experimentales” para extenderse por todo el país. Detrás de cada tradición hay una revolución. Descubre cómo toda una nación entera abrazó una brutal celebración anual: 12 horas de impunidad criminal. Bienvenidos a un movimiento que comenzó como un simple experimento.

Ha sido una saga realmente trepidante. Después de tres exitosas entregas, La primera purga: La noche de las bestias viene a cerrar un periodo lleno de violencia, sangre, sadismo y un trasfondo de lo más audaz. Precisamente este último elemento es el que gana protagonismo en la cuarta y última película. Al fin viajamos al momento en el que todo arranca. El origen de la noche de las bestias. Puede que no sea una disección social de gran calado, pero no sería ninguna locura hablar de la película más inteligente de todas.

Es imposible ver La primera purga: La noche de las bestias sin pensar en estos tiempos convulsos y en el gobierno de Trump. Unos ligeros trazos para desatar la ira furibunda de propios y extraños. Dignísimo final para una era que, desde el próximo mes de septiembre, continuará con una serie televisiva que promete repetir éxito.