El mundo del cine es un ámbito artístico en el que mujeres y hombres gozan de admiración y respeto. Pero detrás de las cámaras, como directores y máximos responsables de un proyecto, es mucho más fácil encontrar a hombres que a mujeres. ¿Por qué? Son muchas las razones que se pueden esgrimir, pero para no caer en la demagogia o el discurso trillado preferimos dedicar esta mini sección a grandes directoras de la historia del cine. Sin más.
Y comenzamos con Agnieszka Holland, una cineasta polaca nacida en 1948 en Varsovia y que se inició en el mundo del cine como colaboradora de Krzysztof Zanussi y, más tarde, de Andrzej Wajda, uno de los grandes directores de la historia del cine europeo. Aquí os dejamos con algunas de sus mejores películas:
Conspiración para matar a un cura (1988): Christopher Lambert y Ed Harris lideran el reparto de una historia basada en un hecho real sucedido en torno al famoso sindicato obrero Solidaridad. Cinta de resonancias de políticas de estilo austero y en el que se aprecia la herencia de algunos de sus mentores, especialmente Wajda.
Europa, Europa (1990): De producción alemana, Europa, Europa es posiblemente la película más celebrada de la autora polaca. Fue nominada al Oscar a mejor guión adaptado y recibió el Globo de Oro a mejor película extranjera. Está basada en la autobiografía de Solomon Perel. De niño, es internado en un orfanato soviético y más tarde pasa a formar parte del ejército nazi, al no conocerse su origen judío. Holland construye una historia emocionante intentado dotar de originalidad a un tema demasiadas veces desarrollado en el cine contemporáneo.
Olivier, Olivier (1992): Continúa la línea de su predecesora con la historia, también basada en hechos reales, de un niño francés desaparecido. Cinta bien recibida por la crítica marca, no obstante, un cierto desgaste en la propuesta de Holland.
El jardín secreto (1994): La cineasta polaca da una apreciable vuelta de tuerca a su discurso con la adaptación de este clásico de la literatura juvenil. Emocionante historia de magia y esperanza, que a la postre se convirtió en una de las mejores películas de Holland. A destacar la presencia de Irene Jacob y la veterana Maggie Smith. Música, como es habitual en su cine, de Zbigniew Preisner y producción de Francis Ford Coppola.
Vidas al límite (1995): Cinta sobre el mítico encuentro entre Arthur Rimbaud y Verlaine. No fue bien recibida a pesar del buen papel de Leonardo Di Caprio. No obstante, es una interesante forma de adentrarse en el peculiar universo del poeta Rimbaud.
Copying Beethoven (2006): De nuevo con Ed Harris y de nuevo acudiendo a una gran figura artística de todos los tiempos. Holland no alcanza en esta cinta las cotas de calidad de otros proyectos, pero consigue un cierto éxito comercial.