El clásico de la semana: “El crepúsculo de los dioses” (1950)

Argumento: Joe Guillis es un joven guionista de Hollywood que no está atravesando sus mejores momentos. Las deudas se le han acumulado y sus acreedores le acosan incesantemente. Pero el destino le tiene reservada una jugarreta, ya que huyendo de los acreedores irá a parar fortuitamente a la mansión de Norma Desmod, una vieja estrella del cine mudo. La antaño actriz vive alejada de la realidad con la única compañía de su fiel criado Max. Con la llegada del cine sonoro, Norma Desmond ha perdido su condición de estrella de cara al mundo, pero no en su fuero interno. Desde el momento en que Joe aparece en la casa, la actriz compra sus servicios para que corrija un guión que ella misma ha escrito y que supondrá su grandioso regreso al cine.

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¿Por qué tienes que verla?: “El crepúsculo de los dioses” es una de las grandes obras de Billy Wilder. Decir que se trata de su mejor filme puede ser arriesgado, ya que hablamos de uno de los grandes de todos los tiempos, y en su filmografía cuenta con infinidad de títulos legendarios como “Perdición”, “Días sin huella”, “Testigo de cargo” o “El apartamento” (por citar algunas). La cinta narra una historia de cine dentro del cine, contada al más puro estilo “noir” en la que se aprecian los rasgos más poderosos del cine de Wilder. Cada plano de la cinta se ha hecho un hueco imprescindible dentro de la historia del séptimo arte. Del mismo modo, los diálogos son de esos de los que calan hasta los huesos, para no dejarnos nunca jamás.

 

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 Norma Desmond: “Yo soy grande. Es el cine el que se hizo pequeño”.

 

El sublime guión, fruto del trabajo de Charles Bracket, D.M. Marshman Jr. y del propio Wilder, vuelve a apostar por un protagonista que va perdiendo paulatinamente su dignidad. En este caso es Joe Guillis (William Holden) quien va perdiendo su autoestima a medida que cae en la enfermiza telaraña de Norma Desmond (Gloria Swanson), la cual compra no solo los servicios de Joe como guionista, sino también toda su independencia y autonomía. Norma Desmond ha comprado íntegramente a un hombre y no está dispuesta a soltarlo.

Con tres premios de la Academia en 1950, “El crepúsculo de los dioses” ( “Sunset Boulevard” como título original) se convirtió al instante en una de las mejores cintas de la historia. William Holden cuaja una nueva interpretación magistral para una carrera llena de éxitos. Del mismo modo, el dolor demencial de la interpretación de Gloria Swanson resulta imborrable para todo cinéfilo, sobre todo si tenemos en cuenta que la propia actriz vivió en sus carnes parte del sufrimiento de su personaje, ya que Swanson fue una estrella del cine mudo, olvidada con la llegada del sonido. Imponente también la interpretación del gran director Erich von Stroheim en el papel de “Max” y la aparición de Cecil B. DeMille interpretándose a sí mismo.

La secuencia: Si bien la última secuencia es la más afamada del filme, así como una de las más grandes de la historia, nosotros preferimos quedarnos con la de la partida de póker que juega semanalmente Norma Desmond con tres viejos amigos a los que tacha de “figuras de cera” y que no son otros que las viejas estrellas de cine mudo Buster Keaton, Anna Q. Nilsson y H.B. Warner.

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  1. efe febrero 10, 2013