El clásico de la semana: “Annie Hall”

Argumento: Alvy Singer (Woody Allen) no está pasando por su mejor momento. A sus cuarenta años trabaja como humorista en clubs nocturnos después de haber visto pasar sus mejores momentos de éxito en la televisión. A esto hay que añadir que se trata de un tipo algo neurótico y que, después de dos matrimonios fallidos se encuentra absolutamente solo.

En este contexto, Alvy decide echar la vista atrás para analizar qué es lo que ha fallado en su vida. Desde su precoz obsesión por el sexo, hasta los problemas con su autoritaria madre, el hombre analiza todos esos años empezando por su más tierna infancia. Su convulsa vida amorosa centrará la mayor parte del tiempo, si bien todos los caminos le llevan a la misma conclusión: lo mejor de su vida y lo que más añora es a una chica tan curiosa como interesante llamada Annie (Diane Keaton). De este modo, Alvy rememora cada minuto de su relación con Annie mientras trata de descubrir qué es lo que falló en realidad.

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¿Por qué tengo que verla?: No me atreveré a decir que “Annie Hall” es la mejor película de Woody Allen. No sería de rigor, dado que el menudo director y actor nos lleva regalando obras brillantes desde hace casi cincuenta años. Pero el principal motivo de que no lo haga es porque quiero a ese tipo. Quiero a “Manhattan” y a “Hanna y sus hermanas”. Cada vez que oigo su nombre me apetece pasar una medianoche en París o un día en Barcelona. Woody ha logrado la perfección y la excelencia a partir de los defectos y miserias humanas. A lo que si me atreveré es a decir que “Annie Hall” es deliciosa. Lo es cada minuto. El humor e ingenio que ya venía demostrando Allen desde sus primeros trabajos alcanza aquí niveles épicos, sobre todo si tenemos en cuenta la profundidad dramática que subyace en el filme.

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El magnetismo entre Alvy (Woody Allen) y Annie (Dane Keaton) es otro de los factores que convierten a la película en algo tan especial. Esa química no tiene precio. El laberinto de relaciones humanas por el que nos conduce la pareja nos hace sentirnos agradecidos de haber coincidido en el mismo tiempo con uno de los grandes genios que han puesto sus pies en el mundo. No busque dialogos más poderosos que los de esta cinta. No los encontrrán. Innovadora, inteligente, imperecedera… “Annie Hall” es un caramelo agridulce, pero más sabroso que nada. Si. Es cierto. Quiero a ese tipo, pero es que ese tipo no tiene comparación. ¡Qué grande eres, Woody!

La secuencia: Absolutamente imposible quedarse con una secuencia. Nos limitaremos a decirles que “Yo creo que la vida está dividida en lo horrible y lo miserable. En esas dos categorías. Y lo horrible son los enfermos incurables, los ciegos, los lisiados… No se como pueden soportar la vida, me parece asombroso. Y los miserables somos todos los demás. Así que al pasar por la vida deberíamos dar gracias por ser miserables. Por tener la suerte de ser miserables.” Nada que añadir.

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  1. Mary Kowalski enero 27, 2014