“Desenterrando Sad Hill” es una puñetera maravilla

Durante la guerra civil norteamericana (1861-1865), tres cazadores de recompensas buscan un tesoro que ninguno de ellos puede encontrar sin la ayuda de los otros dos. Así que colaboran entre sí para conseguir el botín. Era el año 1966 y así se presentaba en sociedad El bueno, el feo y el malo, un Spaghetti Western de Sergio Leone hoy convertido en una de las cintas más importantes de la historia del cine.

¿Os acordáis de aquella gloriosa secuencia del cementerio? Claro que sí. Y es que probablemente sea la escena más mítica de la trilogía del dólar de Leone. Una forma de hacer cine que alcanzaba su máximo esplendor entre miradas de Clint Eastwood y Lee Van Cleef. Un instante que encontraba su escenario soñado en Burgos, entre Santo Domingo de Silos y Contreras. Allí se construyo un falso e impresionante cementerio que, después de 50 años, permanecía cubierto de décadas de olvido. Al menos hasta que unos fans de la cinta decidieron sacarlo a la luz de nuevo.

Desenterrando Sad Hill es una maravilla. El documental centrado en ese enorme trabajo desarrollado por una Asociación que se vino a llamar Sad Hill y que se ha ganado el derecho a ser considerada una de las piezas más magníficas del año. Es hermoso y un canto de amor al cine. El poder de los mitos de sombreros calados y miradas aviesas.