Crítica: “Somos los Miller”, con Jennifer Aniston

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Tanta marihuana… Y a nadie le da por fumar un canuto. Es una de las paradojas de la película Somos los Miller, una comedia que llegó a España este pasado fin de semana tras cosechar una buena taquilla en Estados Unidos. Los que ya hayan visto el tráiler, pueden sentirse satisfechos. Ese pequeño bribonzuelo revienta películas adelanta más del 50% de los mejores gags de esta cinta. Porque Somos los Miller tiene algunos buenos momentos, 4 ó 5 golpes que generan carcajadas, pero decepcionará a los que busquen en ella una comedia de altos vuelos.

Parte de una idea atractiva para una comedia made in USA. Un camello de poca monta y en dificultades, debe pasar desde México con una buena cantidad de marihuana. Para ello, decide alquilar una autocaravana… y una familia falsa. El protagonista es Jason Sudeikis, poco conocido por estas tierras. Se trata de un cómico surgido de la inagotable cantera del Saturday Night Live. Y a las pocas escenas ya lo notamos: su interpretación un poco desquiciada y sobreactuada va de más a menos. Como toda la película.

Pero el alma de la fiesta es Jennifer Aniston, novia de América desde hace unos años en sustitución de Meg Ryan, y bastante capacitada para la comedia. Ha tratado de adaptarse a otros papeles, como en la timadora de la irregular Sin Control, pero no termina de carburar. Aniston es una chica simpática y en Somos los Miller brilla con luz propia, merced también a su profesión en la película… A la pareja protagonista le acompañan el típico nerd estadounidense y una casi vagabunda pero con iPhone (Apple no se pierde una).

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La cosa empieza bastante bien. El encuentro de David, el protagonista, con un ex compañero de universidad a la salida de un café, muy al estilo del que sucede en Atrapado en el tiempo, nos provoca las primeras sonrisas, pero algún que otro chiste de la conversación nos pone en alerta… Y ya en el avión rumbo a México llega una de las mejores escenas de la película.

¿Qué sucede con el humor en Estados Unidos? Tal vez lo mismo que en España. Las series de televisión, especialmente las sitcoms, pero también  House, Mujeres desesperadas, Sexo en NY y sucedáneos han virado el estilo cómico hacia un mayor gamberrismo abordando sin pudor (y sin medida) temas como el sexo o las drogas. Atrás queda el humor blanco y casto de los 80 y principios de los 90 (Los problemas crecen, Padres forzosos, Cosas de casa, etc.) Si este humor pudoroso quedó agotado, el actual está empezando a aburrir. Hasta los Simpson vive una etapa tristemente decadente que no creemos ya vaya a superar. Solo la sensacional  Padre de Familia resiste. De hecho nos permitimos el lujo de aseverar que Padre Familia es la responsable de la agonía de los Simpson.

La influencia de las sitcoms actuales en esta película es evidente. Mucho sexo, muchas drogas, familias disfuncionales y bla bla bla. Todo ya visto… y reído. Y mientras viajamos en la autocaravana con los Miller va creciendo la insatisfacción. Y es que una comedia también necesita una trama un tanto verosímil. Y esta película acumula demasiadas irregularidades en su relato.

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Para empezar los malos de la peli parecen sacados de una cinta de Bud Spencer y Terence Hill. Dan vergüenza ajena. Todo el proceso de transporte de la droga no tiene ni pies ni cabeza y algunas soluciones narrativas son de traca. Y no queremos caer en el spoiler… Pero de vez en cuando, otro gag nos saca una carcajada y nos animamos. Y así transcurre Somos Los Miller, dando tumbos, como su autocaravana. Y el final… El final parece sacado de una comedia de los 80… No, gracias.

¿Conclusión? El grado de diversión que obtengamos viendo Somos los Miller dependerá, sobre todo, de nuestra actitud. Se disfruta, a ratos, pero globalmente decepciona.

Lo Mejor: algunos golpes de humor son notables. Jennifer Aniston.

Lo Peor: Su mezcla de comicidad gamberra y desenlace educado no convence. La trama, más allá del humor, está cogida con alfileres.