Crítica: “Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1”

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Nota: 6

¿Saga adolescente? ¡Y un cojón de pato! (ya no sabía cómo meter esa expresión en algún texto). En los últimos tiempos le pegas una patada a una piedra y te salen dos docenas de sagas adolescentes. Desde “The Host” a “Soy el número 4”, cada año todos los estudios intentan dar el pelotazo, pero no siempre lo consiguen. La culpa de esto la tiene el vampiro sidoso de “Crepúsculo” y su idilio con la taquilla y con todas las adolescentes del planeta Tierra. En ese contexto irrumpía una mocita con arco en un filme titulado “Los Juegos del Hambre”. Lo que olía a nuevo intento desesperado de éxito se revelaría pronto como un producto con mucha más sustancia de la que su apariencia podía reflejar. Todo ello se confirmaría con una segunda entrega sencillamente magnífica, que nos dejaba hambrientos de más películas. Ahora nos encontramos con la esperada “Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1”, y nuestras ansias se multiplican de cara al cuarto y último capítulo.

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Partamos de la base de que se está convirtiendo en una villanía demasiado habitual el estirar las sagas más allá de lo que su material original permite. Como ha demostrado Peter Jackson en “El Hobbit” o el final de la saga “Harry Potter”, cuando se parte de unos libros como esqueleto de tu filme y se pretende rentabilizar más de la cuenta, el resultado artístico se resiente. 8Conviene aclarar este término, porque cualquier defecto reprochable a “Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1” es achacable al excesivo ánimo de lucro de su productora.

Como veníamos oliéndonos desde hace tiempo, en esa nación que en el pasado se llamó “Estados Unidos” es hoy “Panem” soplan vientos de revolución. A este punto hemos llegado de la mano de la genial protagonista, Katniss Everdeeen (Jennifer Lawrence) que, sin comerlo ni beberlo se ha visto convertida en la bandera de esa revolución y símbolo de la esperanza de miles de personas. El férreo y despótico control ejercido por el Capitolio ha convertido el universo de “Los Juegos del Hambre” en una distopía al más puro estilo “1984”, donde la chispa lanzada por una joven sin más aspiraciones que ser feliz, ha mutado en un incendio de épicas proporciones. Así, por fin llegamos a la gestación de la lucha por parte de unos “rebeldes” que no anhelan más que una libertad que se les niega.

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Para los que no se hayan dado cuenta todavía y no se dejen conquistar por la saga, conviene recordarles que a esto de “Los Juegos del Hambre” juegan unos señores llamados Jennifer Lawrence, Woody Harrelson, Donald Sutherland, Stanley Tucci, Juliane Moore, Philip Seymour Hoffman o Elizabeth Banks. Si alguien encuentra un reparto mejor que este, que me lo diga. La plantilla de actores está tan convencida del interés de su historia que irradian una fuerza capaz de traspasar cualquier pantalla. Probablemente a la cinta le falte la acción y el ritmo de sus predecesoras (es este el momento de recordar el segundo párrafo), pero lo que propone y lo que siembra hacen presagiar un final de saga apoteósico.

Sea como fuere, “Los Juegos del Hambre: Sinsajo. Parte 1” resulta una cinta de lo más sugerente siempre que seamos capaces de pasar por alto lo que podría haber sido esta película de no dividirla en dos partes. Falta clímax y parece que no hemos visto más que el primer acto de una obra mayor, pero conviene hacer un alarde de paciencia a la espera del capítulo final mientras maldecimos a Lionsgate para nuestros adentros.

 

Héctor Fernández Cachón

@HectorFCachontwitter3