Crítica: “Ahí os Quedáis”

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Nota: 6

“En todas las familias se cuecen habas”, se suele decir. Grandes dosis de verdad acumuladas en siete palabras por cortesía de la sabiduría popular. Pocas historias tienen el calibre de las más comunes y convencionales realidades. De esas que se gestan en el seno de cada familia, de puertas para adentro. Hace unos meses nos situábamos en un contexto muy parecido gracias a la adaptación de la obra de Tracy Letts, “Agosto”. La desaparición del padre de la familia se convertía en pretexto para juntar a una distanciada familia, del mismo modo que funcionaba como chispa para incendiar todo. En “Ahí os quedáis”, la muerte vuelve a ser la mano que empuja a cuatro hermanos y una madre de escasa relación a unirse bajo el mismo techo. Comienza así la disección de la familia Foxman que Shawn Levy desarrolla a partir de la novela de Jonathan Tropper, “This Is Where I Leave You” y que se convierte en una agradable propuesta cinematográfica, pero lejos de lo que podría haber sido.

THIS IS WHERE I LEAVE YOU

Siete días es el tiempo que están obligados a pasar juntos los Foxman por imperativo de la tradición judía. Tiempo más que suficiente para sacar a relucir los trapos sucios, viejos traumas y heridas que aún escuece pese al paso del tiempo. No es mala premisa. Si con “Tres días con la Familia”, Mar Coll ya era capaz de liarla parda, con los siete días de “Ahí os quedáis” ni os cuento.27 Cuatro hermanos y una madre. Cinco historias y sus cruces con la omnipresente presencia del desaparecido padre. Todos caminan hacia el mismo objetivo: reconciliarse con su propio espíritu. La redención. Pero en ese tortuoso camino se pierden demasiadas veces.

Resulta grato pasar un centenar de minutos entre actores de tan buen nivel. A pesar de no firmar los papeles de sus vidas, Jane Fonda, Jason Bateman, Tina Fey, Adam Driver o Rose Byrne siempre nos dan lo suficiente como para sentir que la historia sobrevive. Escaso objetivo se antoja esa mera supervivencia para estos personajes que tanto podrían haber ofrecido. El elemento sorpresa brilla por su ausencia durante toda la cinta y, cuando aparece resulta demasiado inverosímil como para aceptarse. Cada una de las tramas disfruta de sus buenos momentos, pero el algún instante Shawn Levy pierde el control de todas ellas. A veces durante segundos, otras durante minutos la falta de identidad con la que el director afronta la película resulta más evidente de lo que nos gustaría.“Ahí os quedáis” es amarga algunos ratos y dulce en otros. Desgraciadamente, el agridulce es un sabor en sí mismo y no la sucesión de distintos sabores.

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Todo esto no es óbice para evitar que “Ahí os quedáis” resulte disfrutable. Que no resulte ser todo lo que podría haber sido no implica que la cinta no sea un agradable paseo por la vida de los Foxman. Puede que se trate de un filme que de los que se olvidan rápido, pero durante su metraje resulta una compañía nada despreciable.

 Héctor Fernández Cachón

@HectorFCachonTwitter2