Cine y literatura: “El idiota” de Akira Kurosawa

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Es una de las combinaciones más peligrosas. Adaptar una obra literaria al cine ha sido, es y será una de las principales vertientes del séptimo arte. La literatura ofrece una fuente inagotable de ideas e historias, y muchas de ellas han servido de base a grandes obras cinematográficas. Mitología, literatura clásica, novelas de género, obras de teatro, poemas… Una cantera de valor incalculable. En las últimas décadas, incluso, estamos asistiendo a una serie de libros que nacen ya con contrato cinematográfico, escritores superventas que orientan sus historias al cine, sabiendo que terminarán siendo devoradas en las salas oscuras.

En suma, cine y literatura son dos disciplinas artísticas de relación muy estrecha pero no siempre óptima. Ambas parten de presupuestos estéticos, narrativos y técnicos muy diversos. ¿Cómo hacer una buena adaptación de una gran novela? Hasta los directores más prestigiosos han hecho un borrón a la hora de adaptar una obra literaria. Tal vez sea una de las labores más exigentes del cine.The-Idiot2

Iniciamos esta sección con la adaptación de una de las obras cumbre de la literatura decimonónica por parte uno de los directores más importantes de la historia. Dostoievski vs. Kurosawa. Tras alcanzar en 1950 los favores de la crítica mundial con Rashomon, Akira Kurosawa, de 41 años, asume un proyecto de una desmedida ambición: llevar al cine El Idiota. Y hacerlo, además, sin límite de metraje. La versión más larga de la cinta duraba más de 4 horas. Esta se perdió y solo no han llegado versiones más reducidas que alcanzan las 3 horas.

Kurosawa traslada al Príncipe Mishkin de la Rusia zarista al Japón de posguerra sustituyendo, además, el escenario aristocrático por las ruinas sobre la nieve de una ciudad en la isla de Hokkaido. Obviamente, estos cambios repercuten en el resultado final y el espectador puede sentirse decepcionado. Pero no hay ninguna ley que exija al cineasta el respeto escrupuloso por todos  y cada uno de los puntos de la novela adaptada. Más aun, muchas de las mejores adaptaciones surgen cuando el director o el guionista se liberan de la obra original y crean un propuesta independiente que, eso sí, tome el espíritu de su base literaria.

El problema es que El idiota es de esas novelas extraordinariamente difíciles de filmar. Muchas situaciones, muchos personajes y un espíritu moral, el de su protagonista, que exige incalculable talento e imaginación en el cineasta. Nunca podremos valorar globalmente la obra de Kurosawa ya que no ha llegado en su versión extendida hasta nosotros. Podemos decir que el director japonés lo intentó y demostró su amor por la obra de Dostoievski, pero Kurosawa afinó más la puntería a la hora de adaptar a Shakespeare en obras como Trono de Sangre.

Andrei Tarkovski, amigo del director japonés, siempre quiso llevar al cine esta obra. No pudo ser.  Tal vez este director ruso ha sido el único con la capacidad, talento, sensibilidad y cercanía suficiente para ofrecer una obra a la altura de la novela de Dostoievski. Nunca sabremos que cuál hubiese sido el resultado de esta explosiva combinación: Dostoievski vs. Tarkovski.