Cine en TV: “Aflicción”

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Miércoles 20 de marzo – 23:45 – La Sexta 3

Doble sesión con James Coburn. Esta noche los aficionados al popular actor norteamericano tienen una magnífica oportunidad para visionar dos de sus mejores películas. Primero llega Aflicción, una cinta que le valió al Oscar a mejor actor secundario y más tarde viajamos tres décadas atrás para disfrutar con el western Pat Garret y Billy the Kid, género en el que Coburn se fraguó su exitosa carrera.

Paul Schrader dirigió en 1997 la película Aflicción, inspirada en la novela de Russell Banks. Este director es especialmente conocido por el gran público por su labor de guionista para Scorsese. Schrader ha aparecido en los créditos de algunas cintas legendarias de su colega como Taxi Driver, Toro Salvaje o La última tentación de Cristo. Tal vez como director no sea tan respetado, aunque ha firmado trabajos  como la cautivadora El placer de los extraños, la irregular La Costa de los mosquitos con Harrison Ford, y Posibilidad de escape con Willem Dafoe.

Todo eso fue antes de que se pusiera detrás de la cámara para abordar esta historia oscura protagonizada por Nick Nolte en el papel de un sheriff en horas bajas. Este es uno de los grandes aciertos del film. Acostumbrados a encontrarnos en el cine norteamericano con sheriffs perdonavidas que campan a sus anchas por pequeños pueblos de Estados Unidos, Aflicción nos muestra la otra cara de la moneda.

La vida de Wade Whitehouse transcurre sin pena ni gloria en una población del noreste norteamericano. La muerte violenta de un cazador abre una investigación en la que el sheriff pretenderá ganarse el respeto de sus vecinos. El escenario no puede ser más propicio para decorar una historia turbia y gélida que avanza con lentitud hacia un desenlace inevitable.

Aflicción logró bastante repercusión en su día gracias a la actuación de sus dos actores principales. James Coburn, con casi 80 años, interpretaba al déspota y alcoholizado padre de Nolte. Su actuación, maléfica y llena de ira, impactó a muchos espectadores y a la Academia de Hollywood que le dio el Oscar, también como homenaje a una carrera llena de grandes papeles.

En Aflicción destaca también su puesta en escena. Los interiores en los que se desarrolla la historia son opresivos y deprimentes lo que lleva al espectador a respirar (y casi ahogarse) la pesada atmósfera en la que se mueven sus protagonistas. El brillante final, con una escena que recuerda al final de Sacrificio de Tarkovski, cierra una cinta, que si bien tiene algunas irregularidades, es una de las mejores muestras del sombrío cine de Schrader.