12 series históricas imprescindibles para cualquier seriéfilo (Parte 3)

4. The Crown: Netflix con una de sus obras más redondas. La ficción cuenta la historia de la relación entre dos de las direcciones más famosas del mundo: el Palacio de Buckingham y el número 10 de Downing Street, y las intrigas, amores y maquinaciones detrás de los eventos que formaron la segunda mitad del siglo XX. Dos casas, dos cortes, una corona. Cada temporada tratará las rivalidades políticas e intrigas personales durante una década del reinado de la Reina Isabel II y explorará el delicado equilibrio entre su vida privada y la vida pública. La primera temporada comienza con una princesa de 25 años que se enfrenta a la abrumadora tarea de dirigir a la monarquía más famosa del mundo, al mismo tiempo que forja una relación con un dominante Primer Ministro curtido por la guerra: Winston Churchill. 

3. Hermanos de Sangre: La Segunda Guerra Mundial como nunca habíamos visto. Basada en el bestseller “Band Of Brothers”, de Stephen E. Ambrose, la serie narra la historia de la Easy Company, un batallón estadounidense del regimiento 506 de paracaidistas, que luchó en Europa durante la II Guerra Mundial (1939-1945). Incluye entrevistas a los supervivientes, recuerdos de los periodistas y cartas de los soldados.

2. Chernobyl: Enésima obra maestra con la firma de la HBO. El 26 de abril de 1986, la Central Nuclear de Chernóbil, en Ucrania (por entonces perteneciente a la Unión Soviética), sufrió una explosión masiva que liberó material radioactivo en Ucrania, Bielorrusia, Rusia, así como en zonas de Escandinavia y Europa Central. La serie relata, desde múltiples puntos de vista, lo que aconteció en torno a una de las mayores tragedias en la historia reciente, así como los sacrificios realizados para salvar al continente de un desastre sin precedentes. 

1. Roma: Deberían ponerla en las escuelas.  Medio siglo antes del nacimiento de Cristo, Roma se ha convertido en la ciudad más poderosa del mundo, una metrópolis cosmopolita con un millón de personas y epicentro de un Imperio en extensión. Fundada sobre los principios del poder compartido y la feroz competencia personal, la República fue creada para impedir a cualquier hombre conseguir un poder absoluto. Es una sociedad donde los soldados pueden ascender por encima de los plebeyos para convertirse en héroes y aún en líderes de la República. Pero cuando la clase dirigente se hizo extravagante y rica, las instituciones se desmoronaron desgastadas por la corrupción y el exceso, y los viejos valores de disciplina espartana y unidad social cedieron ante un gran abismo entre clases.