Fernando Damián

EFECTO TERREMOTO JAPÓN SOBRE EL YEN Y LA COYUNTURA INTERNACIONAL

Capitalbolsa | 15 mar, 2011 19:00

El analista financiero Fernando Damián, especialista en el mercado hipotecario multidivisa, da su visión sobre el efecto que el terremoto de Japón tendrá sobre el Yen y sobre la coyuntura internacional.

La desgracia que padece Japón por el terremoto del 11 de marzo de 2011 y sus réplicas, recuerda al terremoto de Kobe de enero de 1995, pero se produce en una etapa de la tendencia del EUR/JPY distinta y bajo circunstancias de valoración del Yen completamente opuestas.

En 1995 el yen se encontraba muy caro, un 50% por encima de su media de valoración conforme mediciones del Banco de Japón. Actualmente se encuentra en la media de valoración y para que tengamos una idea, si el yen estuviese ahora mismo tan caro como entonces, ello equivaldría a un EUR/JPY por debajo de 60.

También por aquella época de 1995 el EUR/JPY estaba finalizando una serie bajista completa iniciada en los 198 del par en Agosto de 1990 y que terminó en 106 dos meses después del terremoto luego de una apreciación del 20% de la moneda nipona. Es decir, el terremoto produjo una fuerte revalorización del yen, o mejor dicho, aceleró la parte final de la tendencia.

Dos meses después del terremoto de Kobe, el EUR/JPY inició una tendencia alcista secundaria (luego de 5 años de tendencia bajista) al rebotar en la parte baja del canal bajista de muy largo plazo, por objetivas razones técnicas y dejando atrás los efectos del terremoto en el mercado de divisas.

Ahora bien, la actual tendencia bajista del EUR/JPY se inició en 2008 y sin llegar aún a 3 años de vida se encuentra a una distancia sideral de la parte baja de su canal bajista de muy largo plazo. La parte alta de su canal bajista se la tocó justamente en 2008 en los 170 y la parte baja está actualmente en 54.

En el terremoto de Kobe del 17 de enero de 1995 murieron 6.434 personas y causó unas pérdidas estimadas de 3 billones de yenes (el 2,5% del Producto Interior Bruto de esa época). Fue el peor terremoto en Japón desde el gran terremoto de Kanto en 1923, que se cobró 140.000 vidas. No se conoce la cuantía de las pérdidas económicas actuales pero se las cifran entre 75.000 y 100.000 millones en primeras estimaciones.

Por lo tanto, por tendencia y por las circunstancias del terremoto el Yen se apreciará y el EUR/JPY caerá salvo que el Euro suba más que Yen, lo que no es probable en tanto de momento, el Euro está en una tendencia bajista secundaria desde el techo de los 1,60.

Este lunes, el índex Yen parece haber roto una figura triangular de continuación de su tendencia alcista. Ha cerrado con una ganancia del 0,28% a pesar del gasto de 85.000 millones de dólares del Banco de Japón para evitar que se aprecie. Es lógico considera que ese esfuerzo no puede mantenerse ni siquiera en el corto plazo.

Así lo vemos en este gráfico del índex Yen, por lo que sostener que este lunes el Yen se ha depreciado, es inexacto, se ha apreciado. El EUR/JPY ha subido el primer día de esta semana porque el Euro subió más de ese 0,28% que subió el Yen. Por lo tanto, estimo que el EUR/JPY se va a desplomar a medio plazo, por efecto de la tendencia más que por efecto del terremoto.

Entre los efectos que ya mismo pueden preverse podemos citar los siguientes:

a) La tasa de desempleo en Japón subirá y el desembolso del Gobierno por el pago de subsidios crecerá astronómicamente sintiéndose en los presupuestos generales.

b) Las compañías de seguros niponas y también de otras nacionalidades necesitarán comprar yenes para hacer frente al pago de indemnizaciones y reconstrucciones. Es decir, las aseguradoras comenzarán a moverse para recaudar efectivo mediante la venta de sus activos foráneos.

c) Los inversores japoneses reducirán riesgo ante la apreciación del yen y dejarán de pedir préstamos en yenes para invertir en el exterior. Ello ocasionará una reversión del "carry trade" sobre el yen y se repatriará dinero a Japón. Algo similar ocurrirá en Estados Unidos sobre el "carry trade" del dólar, revalorizando también al billete verde y dejando al Euro como el perdedor.

d) También el gobierno japonés tendrá que comprar yenes, siendo posible que se reduzcan posiciones en bonos americanos (signados en dólares). Japón es el tercer acreedor de Estados Unidos y siempre estuvo prácticamente obligado a comprar bonos americanos para invertir los excedentes provenientes del superávit de su balanza comercial. Teniendo en cuenta que las exportaciones podrán decaer en el medio plazo y los propios efectos del desastre, muy posiblemente Japón se convierta en vendedor de bonos. Si Japón vende bonos (tiene mas de 850 billones de dólares en renta fija americana) se solaparán los efectos de la QE2 y las bolsas americanas caerán anticipadamente a junio (cuando finaliza la QE2), aumentando más la aversión al riesgo que ya comienza a sentirse.

Estamos ante un hecho que puede abrir varios frentes y favorecer la entrada en otra recesión mundial, no por la duración de sus efectos sino porque puede hacer caer las primeras fichas de dominó. Es así que en las próximas semanas debería observarse especialmente el mercado de bonos.

A Japón no le vendría mal un Yen fuerte en estos momentos, para así amortiguar los efectos negativos del encarecimiento del petróleo y de la energía en general. Hoy lo que se necesita es abaratar las importaciones, ya que los exportadores pueden cubrirse temporalmente de las oscilaciones de la divisa.

Además, repito, el Yen no está caro. Así lo confirmamos con en este gráfico del tipo de cambio real del Yen obtenido del sitio oficial del Banco de Japón. La línea azul es el tipo de cambio real frente a los socios comerciales de Japón y la línea roja el tipo de cambio nominal promedio también frente a sus socios comerciales. Para verificar si el yen está caro no hay que ver al EUR/JPY, sino a este indicador del BoJ. A la derecha del gráfico está la escala de medición y 100 es el valor que toma el BoJ para establecer la media. Como vemos, actualmente el Yen está en la media.

Mientras más fuerte sea la moneda, Japón más prontamente paliará los efectos económicos de la catástrofe. Si por un tiempo su balanza comercial deja de ser tan superavitaria, no será ningún problema.

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