La Comisión Europea y el gobierno de Roma tienen una visión diferente de cómo se verán las finanzas públicas de Italia en los próximos dos años: Bruselas espera que el déficit estructural se amplíe al 3,6% del PIB en 2020, mientras que el Tesoro italiano prevé que se reduzca hasta el 1,4%.
Las diferencias se explican por las estimaciones de la brecha de producción, que la UE afirma que fue del -0,1% en 2018 y que Italia dice que fue del -1,5%, según Bloomberg Economics.