El nuevo sistema tributario digital debe estar soportado sobre el análisis sociológico

Gabriel Barceló inicia el análisis de una posible reforma fiscal en el marco europeo para desarrollar el concepto de Nación Digital

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 23 sep, 2019 16:52
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Nuestro objetivo no debe olvidar la evolución actual de una sociedad plenamente integrada en la tecnología digital. Por tanto, nuestro análisis no debe ser exclusivamente fiscal o tecnológico, debe partir de una indagación inicial sobre la evolución de la sociedad actual tecnificada, sobre sus tendencias, y en concreto sobre la Sociología Fiscal.

Sugerimos la necesidad de realizar un examen de los indicios actuales, de esas tendencias, y de los valores que orientan las conductas de los actores involucrados en el ámbito de la fiscalidad en Europa, y en concreto, en España: poderes públicos, agentes económicos y sociedad civil.

Tendremos muy en cuenta los derechos de los ciudadanos, convertidos en contribuyentes en este marco social. No entendemos que las conclusiones y las políticas aplicables de ingresos y gastos públicos deben analizarse y proponerse únicamente desde una perspectiva jurídica o económica.

Partimos de la convicción de que tras ese análisis, podemos aprovecharnos de las peculiaridades de la sociedad actual, y de su previsible evolución futura, diseñando un sistema fiscal al servicio del ciudadano y más eficaz que el actual.

Entendemos que la aceptación social de un nuevo sistema fiscal, residirá en la percepción que los contribuyentes tengan sobre su idoneidad, sobre los objetivos marcados y sobre su legitimidad. Por ejemplo, en la campaña de IRPF 2014, la AEAT incorporó información sobre el destino de los impuestos. Entendemos que es una buena iniciativa de divulgación al ciudadano, que debería ser aplicada también en este caso.

El comportamiento fiscal de los ciudadanos y agentes económicos, ante una reforma del sistema tributario, estará directamente relacionado con su percepción sobre diversos factores:

Necesidad e idoneidad de la reforma.

Comportamiento ético de los prescriptores sociales: políticos, autoridades y agentes públicos, en especial, la apreciación social en relación con supuestos niveles de corrupción, y su comportamiento ante conflictos de intereses.

Comportamiento de otros agentes económicos. Imagen pública del fraude y de la evasión fiscal de las empresas, de sus propietarios y directivos, su participación en la corrupción política y en el empleo ilegal de la economía sumergida.

Conciencia ciudadana de la necesidad de participar en los costes de las administraciones, en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, y en la observancia de los requisitos legales para el acceso a servicios y prestaciones públicas.

La justicia y equidad del nuevo sistema tributario, su adecuación o equilibrio en la imputación de las cargas fiscales a soportar y los servicios públicos que se reciben.

Transparencia, efectividad y economía de las agencias tributarias y de sus procedimientos.

Esta evolución puede ser analizada desde la demoscopia tributaria, con el fin de analizar las variables que configuran el núcleo básico de las ideas fiscales de la población.

Estructura jurídico-tributaria

Por tanto, para la adecuada efectividad de una reforma fiscal que pretenda incorporar un nuevo sistema fiscal, más idóneo con la sociedad digital, y que permita aprovechas los nuevos atributos de esa sociedad tecnificada, será necesario complementar la estructura jurídico-tributaria de la reforma, con el desarrollo de estudios, en el ámbito de la ciencia de la sociología, que permitan contribuir a un sistema fiscal más justo y eficiente, y que nos siga permitiendo disfrutar del llamado Estado de Bienestar.

La percepción social de esas imágenes institucionales: control ejercido, justicia del sistema tributario, imparcialidad de sus actuaciones, etc… y el rechazo público a la economía sumergida, es uno de los determinantes sociales que influyen directamente sobre el nivel del cumplimiento de los contribuyentes, según la OCDE.

Sugerimos profundizar en la investigación de la ética del comportamiento, también en la necesidad de programas paralelos de formación ciudadana, con el fin de fomentar la conciencia y la educación fiscal, y evitar la desafección tributaria, en general, pero especialmente en la sociedad digital.

La formación, capacitación, corrección e imparcialidad de los funcionarios de las agencias tributarias, también debe ser requisitos a cumplir para la aceptación social de una reforma fiscal.

En cualquier caso, el objetivo principal debe residir en concebir un sistema tributario al servicio de los ciudadanos, en la sociedad actual, facilitando el cumplimiento de sus obligaciones, y exigiendo menores aportaciones compulsivas.

Original Tendencias Científicas

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