¿Qué fue de los cisnes negros?

Juan Carlos Ureta Domingo, presidente ejecutivo Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 22 jul, 2019 19:45
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Hace diez años, en el 2010, con el trauma de la quiebra de Lehman aún reciente, hubo un momento en el que la preocupación por los sucesos inesperados y extremadamente improbables, pero cuyas consecuencias, en el caso de producirse, son catastróficas, se instaló en los mercados y llegó a dominar de forma un tanto obsesiva, quizá incluso exageradamente obsesiva, la mente de los inversores.

Nassim Taleb, en un libro que hizo furor, comparó esos sucesos con los cisnes negros, porque son acontecimientos extremadamente raros, pero existen, y no es recomendable olvidarlos y pensar que es "imposible" que puedan suceder, ya que sí suceden, y además justamente cuando menos lo esperamos.

Hace mucho tiempo que, bajo la nueva posverdad de que "todo va bien" y "nunca pasa nada", ya no se habla de los cisnes negros y seguramente hoy Taleb tiene bastantes menos seguidores de los que tenía en 2010, cuando la sombra de un cisne tan negro, tan grande y tan inimaginable como el colapso de la gran banca global estuvo a punto de ser una realidad.

Pero sin llegar a pensar que los inversores puedan preocuparse por eventos catastróficos que rompan la paz de estos tiempos bursátiles tan felices, nos preguntábamos la semana pasada cómo iban a reaccionar los mercados ante las cifras de resultados de las empresas en el segundo trimestre, cuya publicación se ha iniciado en EE.UU. la semana pasada. Nuestra duda era si realmente los inversores iban a valorar esos resultados o si, embriagados por la promesa de más dinero barato de la Fed y del BCE iban a seguir alimentando la subida bursátil, fuesen cuales fuesen los resultados.

Aunque todavía no podemos dar una respuesta segura a esa pregunta, ya que solo ha publicado un 15% de las compañías del S&P, la idea inicial es que las Bolsas sí van a ser sensibles a las cifras que se vayan presentando. Por ahora casi el 80% de las empresas ha superado las estimaciones de consenso, pero ha habido también algunas señales de alerta, como la de Netflix, y las Bolsas han tomado nota.

Entre los grandes Bancos americanos la sensación es que los Bancos de inversión puros, como Morgan Stanley o Goldman Sachs, han sufrido los bajos volúmenes de los mercados tanto primarios como secundarios mientras los Bancos universales, como JP Morgan o Citi han podido compensar ese mal comportamiento de la banca de inversión con sus ingresos de banca comercial, que han sido buenos al calor de la fortaleza del consumidor americano.

También ha habido disparidad en las cifras de las pocas grandes tecnológicas que por ahora han reportado. Netflix ha decepcionado a los inversores, por su pobre cifra de nuevos clientes (2,7 millones frente a los cinco esperados y los 5,5 del pasado año) mientras que Microsoft ha batido sus máximos históricos tras duplicar el beneficio del año pasado y reafirmar la magnífica evolución de su filial Azure de servicios en la nube (cloud). La respuesta del mercado ha sido una brusca caída de la cotización de Netflix, y una nueva subida de las de Microsoft.

En general, esta primera semana de resultados se ha saldado con caídas, caídas a las que también ha contribuido el mal PIB de China en el segundo trimestre, con un crecimiento de tan solo el 6,2%, el más bajo en casi tres décadas, y que marca una clara pauta de desaceleración tras el 6,4% del primer trimestre y el 6,6% del año 2018. (Leer más)

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