Las nuevas amenazas de Trump empujan a China a un punto de no retorno
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está llevando su conflicto comercial con China hacia un punto en el que ninguna de las partes podrá retroceder. Para el 30 de agosto, cuando EE.UU. se acerquen a las elecciones intermedias vitales para la agenda legislativa de Trump, la Casa Blanca estará preparando implmentar aranceles del 10 por ciento sobre $ 200 mil millones de productos fabricados en China, que van desde ropa a televisores y refrigeradores.
Los gravámenes anunciados hoy martes, junto con unos $ 50 mil millones ya en proceso, podrían elevar los precios de importación en casi la mitad de todo lo que los Estados Unidos compra a la nación asiática.
China tiene siete semanas para llegar a un acuerdo. El presidente Xi Jinping prometió responder golpe por golpe. Ya ha impuesto aranceles de represalia dirigidas a la base electoral de Trump, incluidas soja de Iowa y bourbon de Kentucky.
Sin embargo, igualar el último aluvión de Estados Unidos obligaría a China a cobrar aranceles mucho más altos o tomar más medidas disruptivas, como cancelar pedidos de compra, alentar boicots del consumidor y poner obstáculos regulatorios. Este riesgo no solo hace que Trump cumpla con las amenazas de gravar virtualmente todos los productos chinos, sino que también podría desatar un sentimiento nacionalista en ambos lados que alimente una lucha más profunda por el dominio geopolítico.
"Ya se ha pasado el punto de no retorno", dijo Pauline Loong, directora gerente de la firma de investigación Asia-Analytica en Hong Kong. "Lo que venga después no será tanto una guerra comercial o incluso una guerra fría como el comienzo de una edad de hielo en las relaciones entre China y Estados Unidos".