El primer tratado comercial de la era Trump

Juan Ramón Rallo

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 12 dic, 2018 21:14
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Trump llegó a La Casa Blanca con un discurso fuertemente mercantilista. Al grito de “América Primero”, el republicano cargó contra los altos déficits exteriores de EEUU y prometió fomentar las exportaciones al tiempo que frenaba las importaciones, especialmente las procedentes de países como México o China a los que incorrectamente atribuía la desindustrialización del país.

Desde entonces, Trump ha elevado numerosos aranceles (sobre los paneles solares, sobre las lavadoras, sobre el acero, sobre el aluminio y sobre diversas importaciones chinas por valor de 50.000 millones de dólares) y ha denunciado varios tratados comerciales multilaterales, entre ellos el Tratado Transpacífico (TPP) y el NAFTA con Canadá y México.

Hay algunos que opinan que, pese a las apariencias, este agresivo comportamiento proteccionista de Trump responde, en el fondo, a un plan oculto del republicano para liberalizar los flujos comerciales internacionales: “si el resto de países mantienen barreras arancelarias que no desean eliminar, amenázalos con mayores aranceles hasta que cedan y los bajen”. La hipótesis puede resultar atractiva para quienes continúen teniendo esperanzas en que Trump (quien se ha llegado a autocalificar como “el hombre arancel”) sea un libertario encubierto bajo los ropajes negociadores de un discurso populista y nacionalista: pero hasta que no haya logros palpables en materia de liberalización comercial global —en lugar de los retrocesos sufridos hasta la fecha— no dejaremos de estar ante una voluntariosa hipótesis más.

De hecho, dos años después de iniciado su mandato, ya tenemos algunos hechos palpables que no apuntan especialmente en la dirección de que Trump esté elevando sus aranceles internos para conseguir fuertes liberalizaciones comerciales exteriores. Y es que, tras varios meses de discusiones, EEUU, Canadá y México ya han acordado la versión 2.0 del NAFTA, su tratado de libre comercio (denominado ahora USMCA, United States-Mexico-Canada Agreement): ese tratado que Trump llegó a calificar como “el peor acuerdo comercial de la historia”. El hito es relevante porque se trata del primer pacto comercial negociado íntegramente por el propio Trump desde la Casa Blanca y, por tanto, ya estamos ante un resultado final de su política comercial y no ante un posible farol negociador que acaso busque nuevas concesiones futuras. El USMCA es un acuerdo satisfactorio según los estándares económicos del republicano.

¿Y cuáles son los novedosos contenidos del USMCA frente al NAFTA? En realidad, muy pocos: por un lado, algunas exportaciones estadounidenses ganan una cierta mayor penetración en México y Canadá pero, a su vez, algunas otras importaciones estadounidenses desde México y Canadá se ven bastante más penalizadas que en la actualidad. Es decir, más que avanzar hacia el libre comercio, el USMCA es una pequeña actualización del NAFTA (y remarco lo de “pequeña”, porque las diferencias entre el USMCA y el NAFTA son bastante escasas) con espíritu claramente mercantilista: fomentar las exportaciones y penalizar las importaciones de EEUU... Leer Más

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