Comienza la liturgia de presentación de resultados y, con ella, la frase de “mejores o peores” de lo esperado

Moisés Romero

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 16 abr, 2019 18:30 - Actualizado: 08:37
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Ha comenzado la liturgia de presentación de resultados. La ceremonia, el ritual trimestral aquí y allá. Pero es allá, en EE. UU. donde todo el mundo fija la atención, donde todas las Bolsas confían o desconfiarán del futuro que viene. Liturgia que, con frecuencia, provoca escenas de paroxismo colectivo ¡ohhh! se escucha en las gradas cuando una empresa presenta unas cifras horribles, pero mejor de lo esperado por el mercado.

Y ahí la maquinaria de los analistas se pone en marcha y desde los helicópteros se lanzan octavillas, pura propaganda, de que vendrán tiempos mejores y que estos resultados, al fin y al cabo, no valen para nada. Luego, con el paso de los días y de las semanas, el mercado retrocederá por el mismo camino y reparará en el desastre que pueden provocar en los índices bursátiles globales unos resultados empresariales muy flacos, excesivamente débiles. Antes, no obstante, repare, amigo inversor, en la gran ceremonia. Wall Street cotiza en máximos históricos y es posible, que los resultados, aunque malos, sean mejores de lo esperado.

He escrito en más de una ocasión que los antiguos bancos de inversión estadounidenses hace mucho que se pusieron el mundo de la Bolsa por montera y, lo que es peor, se pasaron las recomendaciones explícitas de la Crisis por el forro. Es decir, acamparon a sus anchas. Salvo el número de participantes, ahora más reducido, nada ha cambiado en la actualidad. (Leer más)

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