El sector servicios español sufre una caída récord de la actividad comercial

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Capitalbolsa | 03 abr, 2020 09:15
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PMI de servicios de España (Mar) 23,0 frente 25,5 esperado y 52,1 anterior.

La economía del sector servicios de España registró contracciones sin precedentes con respecto a la actividad y los nuevos pedidos en marzo, ya que muchas empresas se vieron obligadas a cerrar temporalmente o tuvieron dificultades para realizar negocios frente a la pandemia de COVID-19 y las medidas del gobierno decretadas para controlar el brote.

Ante la disminución de las cargas de trabajo y la considerable incertidumbre sobre el futuro, muchas empresas recortaron los gastos operativos siempre que les fue posible, incluso recurriendo a medidas de despido.

El Índice de Actividad Comercial, basado en una pregunta en la que se solicita a las empresas que comenten sobre la evolución de su actividad con respecto al mes anterior, cayó muy por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50.0 en marzo. Al situarse en el nivel 23.0, casi 30 puntos por debajo del índice 52.1 registrado en febrero, el Índice de Actividad Comercial señaló una caída sin precedentes.

La actividad se redujo debido a una paralización generalizada de la demanda de servicios y de la actividad económica en general relacionada con la pandemia de COVID-19, tanto dentro de España como en los mercados de exportación clave. La encuesta de marzo mostró que el consecuente declive de los nuevos pedidos en general fue, sin duda alguna, el más fuerte registrado en más de 20 años de la historia del estudio. Los nuevos pedidos procedentes de clientes del extranjero disminuyeron al ritmo más fuerte desde que los datos de exportación se recopilaron por primera vez en septiembre de 2014.

Analizando los subsectores, el sector de Hoteles y Restaurantes estuvo especialmente afectado, ya que la actividad y las ventas fueron considerablemente más bajas en línea con los cierres generalizados decretados para controlar el brote de COVID-19. Solo las empresas de Intermediación Financiera registraron un leve incremento de la actividad, y el resto de las categorías registraron contracciones sustanciales.

Ante la disminución sin precedentes de la actividad y de los nuevos pedidos, las empresas del sector servicios español se mostraron, como era de esperar, preocupadas por el futuro. La confianza con respecto a los próximos doce meses cayó bruscamente a un nivel nunca observado en la historia del estudio. Las empresas indicaron una preocupación considerable sobre el impacto a largo plazo que la pandemia de COVID-19 pueda tener en la actividad, la inversión y el empleo durante los próximos doce meses.

A raíz de este alto nivel de incertidumbre, junto con caídas severas en las cargas de trabajo, tal y como lo demuestra el Índice de Pedidos Pendientes de Realización al registrar un declive récord, muchas empresas optaron por reducir sus plantillas en marzo. La tasa de destrucción de empleo fue la segunda más rápida registrada por el estudio hasta la fecha, solo superada por el declive observado en el apogeo de la crisis financiera en febrero de 2009.

La disminución del empleo ayudó a reducir la presión sobre los gastos operativos en marzo. Aunque siguen en alza, los precios pagados en general aumentaron solo ligeramente y a la tasa más débil en más de cinco años. No obstante, ante la fuerte caída de la demanda, muchas empresas optaron por disminuir sus tarifas en marzo. En consecuencia, se observó la mayor disminución general mensual de los precios medios cobrados por las empresas del sector servicios español desde abril de 2013.

En marzo se puso fin a un período de casi seis años y medio de crecimiento ininterrumpido en el sector privado español, ya que la pandemia de COVID-19 y el consecuente cierre de empresas conllevaron a una caída sin precedentes de la actividad. Después de tener en cuenta los factores estacionales, el Índice Compuesto de Actividad Total* disminuyó de 51.8 registrado en febrero hasta alcanzar su mínima de 26.7 en marzo.

La caída de la actividad total estuvo impulsada principalmente por la economía del sector servicios, donde la actividad comercial cayó al ritmo más fuerte en más de 20 años de recopilación de datos. Los fabricantes también registraron un marcado descenso de la producción, el más fuerte observado desde mediados de 2012.

Puesto que muchas empresas informaron que cerraron debido al brote de COVID-19, hubo una consecuente reducción de nuevos pedidos recibidos. Los últimos datos mostraron una caída récord de los nuevos pedidos en su conjunto, cuya contracción estuvo de nuevo encabezada por las empresas del sector servicios.

Mirando hacia los próximos doce meses, la perspectiva empresarial alcanzó su mínima récord tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, a medida que aumenta la incertidumbre sobre los impactos a largo plazo de la pandemia. Tal preocupación condujo a pérdidas de empleo en algunas empresas, y la tasa de contracción fue la más marcada desde marzo de 2009.

Por último, por primera vez en más de cinco años, los precios medios pagados disminuyeron ligeramente en marzo. La deflación estuvo impulsada por la caída de los costes en el sector manufacturero. Los precios cobrados en su conjunto se redujeron a la tasa más fuerte de casi siete años.

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