PMI compuesto eurozona marzo 51,3 vs 52,0 esperado

Datos negativos para los mercados de acciones y el euro

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Capitalbolsa | 22 mar, 2019 10:00
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La economía de la zona euro volvió a perder ímpetu en marzo, expandiéndose apenas modestamente, mientras que el sector industrial registró su mayor contracción de los últimos seis años. El sector servicios demostró un mayor grado de resistencia, aunque continuó en el peor período de crecimiento registrado desde fines de 2016.

Mientras tanto, la falta de crecimiento de las carteras de pedidos y el decaimiento del optimismo respecto de las perspectivas futuras impulsaron una menor contratación de personal.

A juzgar por su lectura preliminar Flash, el Índice PMI Compuesto de la Actividad Total de la Zona Euro de IHS Markit cayó de 51.9 registrado en febrero a 51.3 en marzo. La lectura de marzo fue la tercera más baja desde noviembre de 2014, situándose apenas por encima de las mínimas recientes observadas en diciembre y en enero. La estimación flash se suele basar en aproximadamente el 85% del número final de respuestas totales recibidas cada mes.

El crecimiento de los nuevos pedidos se ha estancado por segundo mes consecutivo, después de un ligero declive en enero, y los pedidos por completar se han reducido por tercera vez en cuatro meses. La reducción de los pedidos pendientes fue la mayor desde noviembre de 2014 y reveló que se está desarrollando un exceso de capacidad en la economía de esta zona. Como resultado, el crecimiento del empleo se ha ralentizado, alcanzando el nivel conjuntamente más bajo desde septiembre de 2016, puesto que un número creciente de empresas han revisado sus necesidades de personal debido a la reducción de las cargas de trabajo.

Un factor clave del deterioro del crecimiento empresarial fue un nuevo marcado declive de los pedidos para exportaciones (que incluyen el comercio dentro de la zona euro). Los nuevos pedidos para exportaciones de bienes y servicios cayeron por sexto mes consecutivo, deteriorándose al mayor ritmo desde que se tuvieron datos comparables para el total de las exportaciones por primera vez, en septiembre de 2014.

La tendencia a empeorar principalmente se debió a una aceleración en la tasa de declive en el sector manufacturero. El índice PMI manufacturero cayó a su mínima desde abril de 2013 debido a que las caídas de la producción y los nuevos pedidos cobraron ímpetu. Mientras que la caída de la producción fue la más marcada en poco menos de seis años, el deterioro de los nuevos pedidos recibidos en el sector manufacturero fue mayor, y el más intenso desde diciembre de 2012. Esta última caída fue impulsada por la mayor reducción de los nuevos pedidos para exportaciones desde agosto de 2012.

La producción manufacturera ha disminuido por segundo mes consecutivo y los nuevos pedidos se han reducido durante seis meses consecutivos.

Como los nuevos pedidos se han contraído a un ritmo más intenso que la producción, los pedidos por completar cayeron al ritmo más marcado desde diciembre de 2012. En consecuencia, el empleo en el sector industrial prácticamente se ha estancado, registrando su menor aumento en más de cuatro años, y la compra de insumos se redujo a un ritmo no observado en los últimos seis años.

El crecimiento del sector servicios se mantuvo más resistente, cayendo apenas marginalmente frente a febrero y situándose por encima de las mínimas observadas a fines del año pasado. Sin embargo, el ritmo de expansión se mantuvo muy por debajo del observado el año pasado en el mismo mes y fue débil en comparación con la media registrada en 2018.

Aunque la llegada de nuevos pedidos aumentó en el sector servicios, las exportaciones cayeron al mayor ritmo observado desde que los datos estuvieron disponibles por primera vez, a fines de 2014. Entretanto, los trabajos por completar se redujeron por segunda vez en los últimos tres meses, contribuyendo a una atenuación del crecimiento del empleo en el sector servicios, que cayó hasta su segundo nivel más bajo en poco más de dos años.

Por lo que respecta a los indicadores a futuro, las expectativas de las empresas respecto a la actividad empresarial para los próximos doce meses siguieron decayendo. A pesar de que se situaron por encima de las mínimas observadas al final del año pasado, de todos modos siguieron entre las más débiles registradas desde fines de 2014. El optimismo en el sector manufacturero siguió especialmente lúgubre, decayendo hasta su nivel más bajo desde diciembre de 2012.

Esta reducción del optimismo reflejó principalmente el impacto que se espera que generarán las previsiones revisadas a la baja para el crecimiento económico, la preocupación generalizada (específicamente en torno al aumento de la incertidumbre política), las guerras comerciales y el Brexit. El sector automotriz también siguió siendo un factor importante de expectativas de debilidad.

Se observaron señales contradictorias con respecto a los precios. Tras caer hasta su mínima en un año y medio en febrero, la inflación de los precios medios de venta aumentó ligeramente en marzo, aunque la inflación de los costes se atenuó por quinto mes consecutivo. Los precios pagados aumentaron al ritmo más lento desde octubre de 2016, observándose un ritmo especialmente marcado de atenuación en el sector industrial, a medida que el poder de fijación de precios de los proveedores se erosionó. Sin embargo, los costes del sector servicios también aumentaron a una tasa más reducida.

En Alemania, la actividad total creció a su ritmo más lento desde junio de 2013 y el nivel de nuevos pedidos decayó por tercer mes consecutivo. Aunque el crecimiento de la actividad del sector servicios siguió siendo robusto, la producción manufacturera se redujo al ritmo más intenso desde agosto de 2012. El nivel de nuevos pedidos recibidos en el sector manufacturero se deterioró al mayor grado desde lo peor de la crisis financiera mundial, en abril de 2009. Mientras tanto, la contratación en Alemania se redujo hasta su mínima en treinta y cuatro meses, a medida que los pedidos pendientes se redujeron por quinto mes consecutivo y el optimismo empresarial respecto de los próximos doce meses decayó.

En Francia, la actividad total cayó por tercera vez en cuatro meses. Aunque en febrero se observó un repunte frente a los trastornos generados por los chalecos amarillos, en marzo la actividad total volvió a deteriorarse, a medida que la llegada de nuevos pedidos se contrajo por cuarto mes consecutivo. El crecimiento del empleo se redujo casi hasta no indicar cambio alguno, alcanzando su mínima desde diciembre de 2016.

En el resto de la región, la tasa de crecimiento de la actividad total se aceleró hasta su máxima desde septiembre del año pasado mientras que el crecimiento económico del sector servicios alcanzó su máxima en ocho meses. No obstante, la producción manufacturera no indicó ningún cambio. Esta falta de crecimiento fue la primera desde junio de 2013 y fue generada por la tercera caída mensual consecutiva de los nuevos pedidos recibidos en el sector manufacturero

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