Los planes de choque a la guerra no aportan una solución duradera al proceso inflacionista

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Capitalbolsa | 26 may, 2022 12:29 - Actualizado: 12:25
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La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) ha advertido de que los planes de choque aprobados por países como Alemania, España, Francia o Italia para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania contienen medidas de un alto coste presupuestario que, si bien ayudan a soportar a corto plazo los efectos de la crisis energética, "no aportan una solución duradera al proceso inflacionista", agudizando la tensión entre la contención de los precios y el cambio de modelo energético.

El incremento exponencial de los precios de los productos energéticos, y su repercusión sobre los índices de precios de consumo, ha sido la primera y principal consecuencia de la guerra en Ucrania.

En el último número de Cuadernos de Información Económica, publicación editada por Funcas, la entidad revisa los planes de choque que se han puesto en marcha en las cuatro mayores economías de la Unión Europea (Alemania, España, Francia e Italia) para afrontar este nuevo escenario de crisis energética.

El impacto presupuestario de estos planes "es considerable". En concreto, la Fundación recuerda que los recursos desplegados hasta la invasión de Ucrania se elevaron a entre 5.000 y 16.400 millones de euros. Desde entonces, el coste adicional de las medidas está entre los 15.000 millones en Alemania y los 16.000 de España, hasta los 27.000 millones en Francia.

"Son medidas de un alto coste presupuestario que, si bien ayudan a soportar a corto plazo los efectos de la crisis energética, no aportan una solución duradera al proceso inflacionista, agudizando la tensión entre la contención de los precios y el cambio de modelo energético", ha advertido el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres.

En todo caso, Funcas considera que la efectividad de algunas de las iniciativas, especialmente los recortes no focalizados de tasas o las subvenciones generalizadas al consumo de carburante, es "dudosa", si bien ha sido la preferida por los cuatro países examinados.

"Todo ello plantea la importancia de un plan de conjunto que tome el relevo de las recientes medidas justificadas por la situación de urgencia", ha insistido Torres.

LAS CUENTAS DE EMPRESAS SIGUEN POR DEBAJO DEL NIVEL PREPANDEMIA

En este nuevo número de Cuadernos de Información Económica, Funcas también analiza la evolución de las cuentas de las familias y empresas tras dos años desde el inicio de la pandemia de la Covid-19. Se desprende del informe que, mientras las cuentas de los hogares se mantienen sólidas, las de las empresas siguen por debajo del nivel prepandemia. "Mientras los balances de los primeros conservan una gran solidez, los de las empresas se han deteriorado", se advierte en el informe.

El informe concluye que la recuperación de la renta de los hogares en 2021 fue más intensa que la de las empresas y su volumen de endeudamiento creció en una cuantía muy inferior. Además, los hogares han seguido aumentando la bolsa de ahorro forzoso generada en 2020.

Según los cálculos de Funcas, a finales de 2021 habían acumulado un excedente de ahorro o sobreahorro de 34.000 millones de euros, entendiendo por tal la diferencia respecto a la media histórica de las tasas de ahorro desde el final de la anterior crisis hasta 2019.

Esa cuantía se suma a los 60.000 millones generados en 2020. Las remuneraciones salariales prácticamente alcanzaron las cifras de 2019, impulsadas sobre todo por el crecimiento del empleo público, y las prestaciones sociales mantuvieron el nivel de 2020, tras el esfuerzo de protección del sector público en ese primer año de pandemia.

Cabe destacar que mientras en 2020 cerca del 40% del ahorro de los hogares se destinó a inversión real, fundamentalmente en vivienda, en 2021 fue el 80%, lo que explica el alza de la deuda de las familias por primera vez desde 2008, aunque de forma moderada.

Por su parte, las empresas españolas estaban aún lejos de recuperar los valores de dos años antes en magnitudes como el excedente bruto de explotación o la renta disponible bruta.

El impacto diferencial de la crisis por sectores productivos empeoró la situación financiera de actividades como la hostería, ocio y turismo, muchas de cuyas empresas se vieron obligadas a endeudarse no tanto para financiar inversión productiva, sino gasto corriente, lo que implica un deterioro de su solidez financiera.

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