La tiranía de la necedad domina la política

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Capitalbolsa | 07 nov, 2019 19:45
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"No suele recordarse, pero la actual democracia española comenzó con dos legislaturas con apoyos simbólicos, es decir, que pese a no necesitar ningún pacto para gobernar, tanto UCD como PSOE obtuvieron el respaldo de otros partidos en su investidura", así comienza un interesante artículo Gabriel Barroso de María en la web de divulgación tendencias21.net.

"En 1979, Adolfo Suárez (UCD) ganó las elecciones por mayoría simple y obtuvo el apoyo de los diputados de UCD, CD, PSA, PAR y UP, así como la abstención de CIU.

En 1982 Felipe González contó con los votos de PCE, UCD y Euskadiko Ezkerra pese a contar con mayoría absoluta.

Tales situaciones, sin duda tan beneficiosas para la buena gestión del país como sanas para la convivencia, resultan chocantes a día de hoy, y se antojan impensables dentro del presente panorama político; la pregunta es: ¿por qué?

La Transición, con la Constitución del 78 como exponente, supuso ante todo un homenaje a la concordia, ejemplificando la práctica del entendimiento y la búsqueda del bien común, ya que dada la proximidad de la dictadura y la guerra civil, las desavenencias y brechas de la época debieran ser mucho mayores que las actuales, y en cambio se logró tejer entre personas de las ideologías más dispares una Carta Magna que representase a todos.

El empuje de aquel espíritu se fue diluyendo progresivamente en favor del beneficio partidista, hasta alcanzar hoy un punto opuesto en el que los grupos parlamentarios, a pesar de las distintas opciones que ofrecen las matemáticas, insisten en llevar a la población a las urnas más veces de las necesarias, con el perjuicio que ello supone para la nación en términos de gasto directo, desgobierno, coste de oportunidad, etc."

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