Incoherencias verdes

Jesús Sánchez-Quiñones, director general de Renta 4 Banco

CapitalBolsa
Capitalbolsa | 05 mar, 2021 18:00
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La ola normativa de calificación de las inversiones con criterios ASG (Ambiental, Social, Gobierno Corporativo) está creciendo hasta alcanzar casi la calificación de "tsunami". Cada vez con más intensidad, para considerar que una inversión es socialmente responsable y cumple con el medio ambiente, deberá tener un determinado sello.

Tradicionalmente, muchas empresas han cumplido con todos estos criterios por una mera cuestión de convencimiento propio, no por una exigencia normativa. El peligro,a partir de ahora, radica en qué se define como actividad que cumple con los criterios ASG, más allá del propio sentido común. Para muestra, un botón: Tesla.

Tesla es una empresa cuya principal actividad es la fabricación y venta de coches 100% eléctricos, ofreciendo también techos solares para viviendas. Cualquiera diría que con dicha actividad es evidente su compromiso medioambiental y el cumplimiento de los criterios ASG. La duda, o la incoherencia, surge cuando la empresa decide destinar 1.500 millones de dólares de su tesorería a adquirir bitcoins. Dicha inversión bajo ningún concepto se puede considerar respetuosa con el medioambiente. Dicha criptomoneda se caracteriza por un consumo enorme de energía.

Recientemente, la propia Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen destacó la enorme cantidad de energía consumida en las transacciones con bitcoins. El propio diseño del bitcoin, y de muchas criptomonedas, hace que el consumo de energía en la obtención de dichas criptomonedas cada vez sea mayor.

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