¿Es la economía internacional o es Trump?

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Capitalbolsa | 20 jun, 2019 08:08
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Buenos días, ayer la Reserva Federal mantuvo sin tocar los tipos de interés en EEUU pero de su comunicado y luego de las palabras de su presidente, Jerome Powell, se desprendió que se abre a una posible reducción en julio si la situación económica se deteriora. A pesar de que los indicadores de empleo y consumo están saliendo bien, el follón comercial que Trump ha montado con el resto del mundo complica el panorama del crecimiento económico mundial.

El amigo se ha puesto a aplicar aranceles a diestro y siniestro, a prohibir a las empresas estadounidenses hacer negocios con compañías extranjeras como ZTE y Huwaei, a terminar las ayudas financieras a los países centroamericanos hasta que hagan algo más para que sus ciudadanos, muertos de hambre y amenazados y acosados por grupos de delincuentes armados, permanezcan en esos lugares de horror en lugar de buscar una mejor vida (o simplemente una vida) para sus familias en EEUU, a retorcer el brazo a los europeos para que las empresas estadounidenses sigan controlando el suculento mercado de la defensa militar en Europa y tantas otras acciones más.

También acusa a los gobernadores de los bancos centrales de otros países de devaluar intencionadamente sus monedas para perjudicar a los EEUU, al presidente de su Reserva Federal de ser un inútil por no bajar los tipos, a la oposición demócrata de querer destruir el modo de vida estadounidense y a todos los medios de comunicación excepto Fox News (y el otro día hasta se le escapó una diatriba contra uno de sus presentadores también) de ser enemigos del pueblo por producir noticias falsas.

Insiste en montar una valla en la frontera sur de su país para impedir la entrada a cientos de miles de personas pobres que buscan desesperadamente una vida mejor mientras se le cuela en el puerto de Filadelfia el mayor cargamento de droga de la historia, 16,5 toneladas de cocaína, desmintiendo su razonamiento de que con la valla se evita el tráfico de drogas.

En su Administración los personajes entran y salen como en el bar de Moe en la serie de los Simpson y se pasa los días nombrando “acting Secretaries” que después abandonan el barco por incompatibilidad de caracteres (o por algún que otro pasado turbio), como le ha ocurrido al Acting Secretary of Defense, Patrick Shanahan estos días, o la salida de la portavoz de la Casa Blanca, Sara Sanders.

Dispuesto a no dejar títere con cabeza, va a reunirse con el presidente Xi en Osaka la semana que viene en el G-20 para retorcerle un par de dedos y conseguir un buen acuerdo comercial … para EEUU. Detrás van Japón, Europa, Corea del Sur, India … Y mientras la economía mundial comienza a renquear con el peso de estos aranceles y la perspectiva del cierre de fronteras comerciales.

En la estrategia, el tiempo es un factor de considerable valor y aquí está la clave de esta cuestión. A Trump no lo queda tiempo. Tiene que vender a sus electores que es el Pontífice Máximo, el artífice de un nuevo periodo de prosperidad para su país y que con su omnipotente talento negociador ha conseguido del resto del mundo unas relaciones más justas para EEUU. Y lo tiene que tener niquelado para la campaña electoral que ya comienza.

Mientras tanto, los chinos toman un buen te y esperan. Y esperan. Y siguen esperando. Se reúnen, dialogan, toman notas, cambian una cosita de aquí y otra de allí y vuelven a la mesa de negociación despacito, sin prisas. De vez en cuando manifiestan su incomodidad por las medidas agresivas de Trump y luego se toman otro te. Para ellos el tiempo es bastante irrelevante; tienen 5.000 años de historia detrás y 70 años de Partido Comunista y el país está como nunca.

Ayer Powell, el presidente de la Fed, dijo que está dispuesto a cumplir su mandato a pesar de los rumores de dimisión o de que Trump podría despedirlo porque no hace lo que le dice: bajas los tipos. La independencia e integridad de este profesional es clave para que las instituciones que conforman la estructura política y económica de EEUU no queden difuminadas por Donald, como también intentó hacer con el FBI al no gustarle lo que los responsables de las investigaciones sobre la intervención rusa en las elecciones anteriores iban planteando.

Powell también aclaró que los bancos centrales están centrados en acompañar a sus gobiernos en la búsqueda de la prosperidad y el crecimiento económico de los suyos, pero que quien puede tomar medidas en ese sentido no es el banco central sino el gobierno, sirviendo las del banco central como meros apósitos en este sentido.

Ignoro si Trump se calzará a Powell o le dará unas semanas más para que baje los tipos en julio. Lo que sí sé es que según vaya avanzando el tiempo hacia adelante (y lo hará mientras no tomemos una estricta perspectiva cuántica), el nivel de stress de Trump irá disparándose y como un toro desbocado, tomará medidas cada vez más intensas contra todo el que se interponga en su camino al trono del Olimpo, sea o no de EEUU. Y la economía mundial lo sufrirá, me temo.

En nuestro diario hacer en el trading, esta situación tan conflictiva resulta en un dinamismo atípico … y eso es bueno para los traders. No lo es la incertidumbre generada, es cierto, pero sí la animación en los movimientos de los mercados, que es lo que a cualquiera de nosotros nos da vida. Eso sí tenemos que agradecérselo, la verdad.

Ramón Morell

Experiencia Trading

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