Ciega a citas, una serie necesaria aunque no aporte nada

Ciega a citas es la nueva comedia de sobremesa estrenada ayer, 10 de Marzo, por Cuatro y que parece haber comenzado su emisión con buen pie teniendo en cuenta los resultados de audiencia obtenidos.

La serie protagonizada por Teresa Hurtado de Ory debutó con un 7,6% de share y 902.000, lo que marca un ascenso de más de dos puntos con respecto a las reposiciones de Castle que se han visto en la misma franja horaria durante los últimos meses. Cuatro puede estar entonces contenta teniendo en cuenta que es previsible que estos datos se vayan a mantener.

Puede que la trama de la serie, centrada en el personaje de Lucía, una joven con algo de sobrepeso, sin novio y con un trabajo «basura» en una emisora de radio, no sea gran cosa, pero en su acierto está el saber cómo desarrollar sus 40 minutos de duración por episodio con un suave tono de comedia, ideal para la hora en la que se emite.

No estoy diciendo que la serie sea brillante ni mucho menos, de hecho el reparto en sí convence muy poco a excepción de algunos personajes concretos como el de la propia Lucía o la madre de esta Maruchi (Elena Irureta), mientras que el resto «pululan» a su alrededor con unos perfiles de lo más estereotipados, como la hermana guapa y triunfadora, el padre bonachón, el «otro» padre perfecto, el guaperas de la radio que es un impresentable, o el periodista comprometido que acabará siendo el gran amor de Lucía.

La serie es del todo predecible, parece un calco de otras como Yo soy Bea, pero como tenemos tan poca memoria histórica (y en cuestiones televisivas no podemos ser menos), seguramente Ciega a citas podrá alargarse tanto como se desee o como la audiencia la aguante.

Es por ello que se convierte así en una serie necesaria para Cuatro, de modo que de una vez por todas consigan levantar su sobremesa que no veía datos como los mencionados desde el estreno de Fama ¡A bailar!. Si con esto se conforman, ¿para qué vamos a pedir algo que tenga mayor sustancia?.