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El único sector que puede presumir de tener pleno empleo en España es el de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Sin embargo, más de medio millón de ingenieros tienen que marcharse al extranjero porque, sencillamente, no tienen donde trabajar.

A pesar de que más de la mitad de los jóvenes está en paro, según publica El Confidencial citando fuentes datos de la última Encuesta de Población Activa, el sector de la informática es el que más ocupado está. El problema llega cuando hay mucha más demanda de empleo que oferta.

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Tal y como asegura el presidente del Consejo de Colegios de Ingenieros Informáticos de España, Juan Pablo Peñarrubia, los próximos cinco años España necesitará alrededor de 500.000 puestos de trabajo relacionados con la economía pero con un importante perfil tecnológico.

En esta definición se engloban community managers, diseñadores de vídeo juegos, gestión empresarial informatizada, análisis de datos, internet de las cosas, big data, seguridad y todos los nuevos trabajos que están apareciendo alrededor de estas nuevas tecnologías. El problema llega cuando España no puede cubrir esos nuevos puestos que se van a crear, siempre según la estimación de Peñarrubia, que indica que el país no cuenta con la infraestructura formativa necesaria, razón por la que la fuga de cerebros en este campo parece cantada.

MEDIDAS NECESARIAS DEL GOBIERNO

El presidente lanza la pelota al tejado del Gobierno, exigiéndole una reestructuración de la universidad, la FP y otros medios académicos para que los alumnos puedan aprender estas nuevas tecnologías. "Por el momento, el paro está por debajo del 5% en el sector de las TIC", asegura Peñarrubia. "No todo el mundo tiene que ser ingeniero. Hay hiperespecializaciones muy concretas que ya se están solicitando y no hay profesionales para cubrirlas; una formación rápida permitiría que muchos jóvenes que actualmente están en paro se incorporaran inmediatamente a estos puestos", comenta.

En "uno o dos años", asegura, cualquier joven puede adquirir los conocimientos necesarios para incorporarse a esos nuevos puestos, siempre que se creen los cursos de formación adecuados. Además, insiste en que el Gobierno debe desarrollar una política estratégica global que adapte las estructuras formativas. "En seguridad informática, por ejemplo, hacen falta miles de perfiles que no existen y que ya demandan las empresas. Dedicarse a las TIC es una garantía de empleo inminente", concluye.

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