ROMA, 14 (EUROPA PRESS)

El Papa ha instado a vencer los "demonios" de la apatía, la resignación y la desconfianza que, a su juicio, es fomentada por los que se aprovechan del dolor y la incertidumbre.

"Cada uno de nosotros conoce las dificultades que tiene que enfrentar. Y es triste constatar cómo, frente a las vicisitudes cotidianas, se alzan voces que, aprovechándose del dolor y la incertidumbre, lo único que saben es sembrar desconfianza", ha subrayado durante la misa del Miércoles de Ceniza.

El Papa ha recorrido la basílica de San Pedro en procesión, ataviado con los paramentos morados propios del tiempo de Cuaresma.

En la celebración, Francisco ha denunciado estos "demonios" que "cauterizan y paralizan el alma del pueblo creyente". Así, ha sentenciado que "el fruto de la fe es la caridad" al tiempo que ha advertido que "el fruto de la desconfianza es la apatía y la resignación".

De este modo, ha propuesto que durante la Cuaresma los fieles desenmascaren estas y otras tentaciones y recalienten el corazón para adoptar una actitud basada en el "detenerse, mirar y volver".

Para el pontífice lo importante es dejar de "correr sin sentido" porque, según ha subrayado, "ese mandamiento de vivir acelerado dispersa, divide y termina destruyendo el tiempo de la familia, de la amistad o de los hijos".

"Detente un poco delante de la necesidad de aparecer y ser visto por todos, de estar continuamente en 'cartelera', que hace olvidar el valor de la intimidad y el recogimiento", ha pedido.

De esta manera, también ha reclamado a los fieles a alejarse de "la compulsión de querer controlar todo, saberlo todo, devastar todo". "Detente un poco ante el ruido ensordecedor que atrofia y aturde nuestros oídos y nos hace olvidar del poder fecundo y creador del silencio. Detente un poco ante la actitud de fomentar sentimientos estériles, infecundos, que brotan de la auto-compasión", ha añadido.

Asimismo, ha solicitado a los fieles que se planten "ante la vacuidad de lo instantáneo, momentáneo y fugaz" y que atiendan al "rostro interpelante de nuestros niños y jóvenes cargados de futuro".

Pero también ha invitado a observar el rostro de los ancianos, "surcado por el paso del tiempo", o de los enfermos y de quienes se hacen cargo de ellos.

"Rostros que en su vulnerabilidad y en el servicio nos recuerdan que el valor de cada persona no puede ser jamás reducido a una cuestión de cálculo o utilidad", ha reclamado el Papa.

Por ello, ha instado a prestar atención a quienes cayeron en el error, de observar "el rostro arrepentido de tantos que intentan revertir sus errores y equivocaciones y, desde sus miserias y dolores, luchan por transformar las situaciones y salir adelante". Finalmente, ha invitado a los fieles a "volver a los brazos anhelantes y expectantes" de Dios y dejar que "sane las heridas del pecado".

Tras la homilía, el Papa ha procedido al rito de la imposición de la ceniza a los cardenales, miembros del clero y fieles presentes en esta ceremonia con la que se da inicio a la Cuaresma, los 40 días antes de Jueves Santo.

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