GUADALCÁZAR (CÓRDOBA), 31 (EUROPA PRESS)

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Aremehisa) ha iniciado este fin de semana los trabajos que, según los indicios de los que ya disponen, les permitirán localizar en el cementerio de Guadalcázar (Córdoba) la fosa común donde habrían sido enterrados los restos de siete hombres, miembros de una misma familia, conocida como 'los Carboneros', y que fueron fusilados el mismo día, al inicio de la Guerra Civil, tras el fracaso de la sublevación militar contra la Segunda República.

Según la información que ha difundido Aremehisa en su página de Facebook y que ha sido consultada por Europa Press, dicha organización memorialista pretende encontrar y exhumar los restos de Manuel Torres Herrera, Manuel Galindo Moriana, Manuel Torres Romero, Juan Antonio Marín Sojo, Antonio Marín Lomares, José Rodríguez Gil y su hijo, José Rodríguez, naturales de Casariche (Sevilla) y residentes en Fernán Núñez (Córdoba), todos ellos asesinados el día 16 de septiembre de 1936.

Para dicha intervención, según ha adelantado 'Diario Córdoba', se cuenta con un equipo de especialistas dirigidos por el arqueólogo Andrés Fernández Martín y del antropólogo Juan Manuel Guijo Mauri, que ya han participado en varias exhumaciones.

La excavación comenzó este sábado en una de las dos posibles ubicaciones que se barajan dentro del camposanto, en base al testimonio de los familiares del actual alcalde socialista de Guadalcázar, Francisco Estepa, cuyo bisabuelo también fue asesinado. Los trabajos se prorrogaron el pasado sábado hasta las 22,00 horas y, aunque encontraron indicios de que puede estar allí la fosa común, esta podría encontrarse a una profundidad de casi dos metros o más, por lo que se verán obligados a utilizar maquinaria apropiada el trabajo de excavación preciso.

La de Guadalcázar es la cuarta intervención que Aremehisa ha realizado en los últimos cinco años, según ha señalado el presidente del colectivo, Rafael Espino, quien ha destacado que "estas intervenciones las estamos realizando con nuestros propios medios y gracias a la solidaridad y al compromiso de miembros de la asociación, familiares y técnicos y, por supuesto, a los ayuntamientos que han facilitado la investigación y el acceso a los terrenos públicos de los cementerios".

POR TRABAJAR UNAS TIERRAS

El origen de los hechos que concluyeron con el asesinato de 'los Carboneros' se sitúa en 1929, año en que esta familia había llegado a un acuerdo con el dueño del cortijo Villafranquilla para desmontar las tierras de monte de dicha finca y trabajarlas durante varios años en arrendamiento. Después, entre 1931 y 1936 las leyes republicanas paralizaron el desahucio al que se iban a ver sometidos, circunstancia que molestó al dueño de las tierras.

De hecho, los colonos, ayudados por la Asociación Española de Agricultores, Arrendatarios, Aparceros y Medianeros de la Tierra, pleitearon en los juzgados y en la Audiencia Provincial de Córdoba, ganando la contienda legal y evitando el desalojo.

La fracasada sublevación militar y la inmediata Guerra Civil les sorprendió trabajando en el cortijo y, según algunos testimonios y libros sobre la contienda, en la mañana del 16 de septiembre de 1936 varios guardias civiles y falangistas los detuvieron y se los llevaron. Al día siguiente algunos familiares y conocidos se acercaron a Guadalcázar, pero su asesinato ya se había consumado en el interior del cementerio del municipio y solo logró salvar su vida Antonio Marín, quien, herido, se hizo el muerto y después huyó saltando la tapia del camposanto.

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