MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Saltar, caer o dar vueltas no son maniobras típicas de una nave exploradora en otros mundos. Rovers tradicionales de Marte, por ejemplo, van sobre ruedas, y no pueden funcionar marcha atrás.

Pero en un pequeño cuerpo, como un asteroide o un cometa, las condiciones de baja gravedad y superficies rugosas hacen el sistema tradicional de conducción aún más peligroso.

Aquí entra en escena Hedgehog (erizo en inglés): un nuevo concepto para un robot que está diseñado específicamente para superar los desafíos de atravesar cuerpos celestes pequeños. El proyecto está siendo desarrollado por la Universidad de Stanford.

El concepto básico es un cubo con picos que se mueve al girar y frena con ruedas internas. Los picos protegen el cuerpo del robot del terreno y actúan como los pies mientras da saltos y volteretas.

La maniobra más simple de Hedgehog es una "guiñada", o un giro en su lugar. Después de señalar en sí en la dirección correcta, puede saltar grandes distancias, ya sea utilizando uno o dos picos o cayendo a distancias cortas girando de una cara a otra. El erizo puede dar grandes saltos hacia un objetivo de interés, seguido de otros más suaves a medida que se acerca.

Durante uno de los experimentos en los vuelos parabólicos, los investigadores confirmaron que Hedgehog también puede realizar una maniobra de "tornado", en el que el robot gira agresivamente para lanzarse desde la superficie. Esta maniobra se podría utilizar para escapar de un pozo de arena u otras situaciones en las que de otro modo estaría pegado paralizado.

El prototipo de Hedgehog de Stanford pesea menos de 5 kilos por sí mismo, pero los investigadores imaginan que podría pesar más de 9 kilos con instrumentos tales como cámaras y espectrómetros.

Maniobra haciendo girar y parando tres ruedas internas utilizando motores y frenos. Los mecanismos de frenado difieren entre los dos prototipos.

"Mediante el control de cómo se frenan los volantes de inercia, se puede ajustar el ángulo de salto de erizo. La idea era probar los dos sistemas de frenado y comprender sus ventajas y desventajas", dijo Marco Pavone, líder del equipo de Stanford.

"La geometría de las púas del erizo tiene una gran influencia en su trayectoria de salto. Hemos experimentado con varias configuraciones de espiga y encontrado que una forma de cubo proporciona el mejor rendimiento de salto. La estructura del cubo es también más fácil de fabricar y colocar dentro de una nave espacial" dijo Benjamin Hockman, ingeniero principal del proyecto en Stanford.

Los investigadores están trabajando actualmente en la autonomía del erizo, tratando de aumentar las cosas que los robots pueden hacer por sí mismos sin recibir instrucciones de la Tierra. Su idea es que una nave nodriza en órbita transmitiría señales desde y hacia el robot. La nave nodriza también ayudaría a los robots navegar y determinar sus posiciones.

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