MADRID, 22 (EUROPA PRESS)

Entre un 15 y un 30 por ciento del total de los accidentes de trabajo están relacionados con el consumo de drogas y alcohol, según ha comentado la médica del Trabajo de IMQ Prevención, empresa líder en el sector en el País Vasco, Adela Radut, con motivo de la celebración, el próximo 26 de junio, del Día internacional de la lucha contra el consumo indebido de drogas.

Es decir, prosigue, más de una cuarta parte del total de accidentes laborales ocurren en trabajadores que se encuentran bajo los efectos del alcohol o drogas, causándose lesiones a sí mismos o a terceros. Además, el absentismo entre los trabajadores consumidores de drogas es de dos a tres veces mayor y el coste de las bajas por enfermedad que generan también es tres veces superior respecto al resto de trabajadores.

Del mismo modo, la Organización Internacional del Trabajo establece que el 10 por ciento de las personas que trabajan tiene problemas de adicciones y que originan el 80 por ciento de los problemas de personal.

Ahora bien, dentro de los programas de salud laboral, según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, se establece la obligación del empresario de protección a los trabajadores frente a los riesgos laborales.

"En el caso de las drogodependencias de los trabajadores, aunque se trata de un problema social y personal que extralimita el ambiente laboral, se debe contemplar la prevención, no sólo del consumo, sino de las consecuencias del mismo, puesto que el trabajador adicto puede ocasionar accidentes muy graves, a sí mismo y a otras personas, además de daños colaterales", ha detallado la experta.

Existen diferentes canales y herramientas para detectar una drogodependencia en el entorno laboral. En este sentido, la doctora ha recordado que el médico de trabajo es la persona idónea para detectar alteraciones relacionadas con el consumo de riesgo de alcohol y drogas. También, apostilla, es el referente al que el trabajador o trabajadora puede dirigirse para realizarle consultas espontáneas.

TRES PASOS PARA HACER UNA VIGILANCIA DE LA SALUD

En el ámbito de la vigilancia de la salud, se puede llevar a cabo esta detección mediante tres pasos. En primer lugar, con la prevención primaria, de los factores de riesgo y la actuación sobre los mismos, que pueden ser de origen laboral, organizativo, u observados tras la evaluación de riesgos psicosociales o inherentes al puesto de trabajo por tener fácil acceso a psicofármacos o también derivados de factores personales.

El segundo paso es el diagnóstico precoz de los trabajadores consumidores o adictos y la derivación al Sistema Nacional de Salud para desintoxicación y deshabituación, si la empresa no dispone de los recursos necesarios. El tercer paso es la prevención terciaria, facilitando la rehabilitación y reincorporación laboral, tras el tratamiento de deshabituación, y siempre con garantías de seguridad.

"Como respuesta a la problemática social del consumo de sustancias y velando por la seguridad y salud de los trabajadores, utilizamos programas preventivos de consumo de alcohol y drogas dirigidos a los trabajadores, en tres fases distintas", ha argumentado.

La primera fase es de sensibilización e incluye acciones informativas, de formación teórica (para la dirección de la empresa y para todos los trabajadores) y de formación práctica y activa. La segunda fase comprende la detección y la realización de controles. La tercera es la de intervención.

"Mediante asesoramiento, seguimiento y la reinserción laboral, el médico certifica posteriormente la aptitud del trabajador, con las restricciones y temporalidad que considere oportunas. En base al dictamen médico, la empresa puede optar entre mantener al trabajador en su puesto con plena actividad, restringir temporalmente ciertas tareas, reubicarle temporalmente o apartarle temporalmente", ha zanjado Radut.

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