MADRID, 26 (EUROPA PRESS)

El otoño es la peor época del año para los niños asmáticos debido a la confluencia de la bajada de temperaturas y humedad, "esto multiplica las consultas y hospitalizaciones por crisis asmáticas en la población infantil", según el doctor Luis Moral, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).

La confluencia de la bajada de temperaturas y humedad, así como el mayor contacto de los pequeños en los colegios y guarderías hacen proliferar la actividad de virus. "Todas estas condiciones provocan la exacerbación de los síntomas en niños asmáticos al incidir sobre los bronquios ya inflamados e inestables", añade.

Los desencadenantes más frecuentes del asma infantil son "las infecciones víricas y las alergias, pero existen también otros como el tabaco, el ejercicio intenso, el aire frío, la contaminación o los ambientes cargados, los factores emocionales, y los cambios climáticos, entre otros", señala el doctor Moral.

Además, la asistencia a guarderías, así como la dieta de la madre durante el embarazo o el consumo de tabaco durante el mismo y la presencia de eccema, son los principales factores de riesgo para el desarrollo de sibilancias en bebés durante el primer año de vida, según otro trabajo realizado por pediatras españoles y chilenos publicado también en la revista 'Allergologia et Immunopathologia'.

Muchos de sus síntomas pueden confundirse con los del catarro o la bronquitis, "por lo que será el pediatra de atención primaria quien identifique primero los signos de sospecha y después el pediatra alergólogo quien confirme el diagnostico con pruebas de alergia o respiratorias para indicar el tratamiento oportuno", añade la doctora Ana María Plaza, presidenta de SEICAP.

Inicialmente es el pediatra es el encargado de identificar los signos de sospecha de asma infantil como son tos, pitos en el pecho y disnea o dificultad respiratoria. La repetición de estos síntomas sugiere el diagnóstico del asma, especialmente cuando mejoran con el tratamiento adecuado.

En la mayor parte de los casos, el pediatra de Atención Primaria "puede hacer el diagnostico de asma al observar la reiteración de los síntomas ya mencionados, e indicar el tratamiento adecuado, sin ser necesarias otras pruebas", explica el doctor Moral. Sin embargo, si los casos no son tan claros "es conveniente que los derive a la consulta del pediatra especialista en asma y alergias para que realicen las pruebas adecuadas de alergia, función respiratoria y otras, que permitan confirmar el diagnóstico y administrar el tratamiento oportuno", apunta.

Los casos de sospecha se estudian teniendo en cuenta que "otras enfermedades pueden parecer asma en las edades más tempranas y es el pediatra el que las conoce y las sabe diferenciar", comenta el doctor Moral. También "es preciso conocer la gravedad de los síntomas, sus consecuencias sobre la vida del niño y sus faltas al colegio, así como los agentes desencadenantes", comenta.

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