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El pasado 15 de noviembre la expectación en la Agencia Espacial Europea (ESA) era de órdago. Las ganas por ver el modulo con diseño y fabricación europeo y por lo tanto, competencia directa de lo que se los científicos más políticos denominan “carrera espacial”. El modulo llegó al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, pero de cualquier manera. Ahora, la carrera espacial que en décadas anteriores estaba patentada por Estados Unidos y Rusia, se le suman Europa y China con fuerza, pero no la suficiente.

No es lícito criticar la investigación científica, pero si el engaño. Cuando desde la ESA se sacaba pecho en relación a su máquina y el más que asegurado aterrizaje en el cometa, las dudas eran minímas. Después de tres meses la desesperación ya dió lugar a la desolación y los cientificos que llevan a cabo la operación se resignan con la lapidaria frase “encontrar a Philae es buscar una aguja en un pajar”. Aún así, durante los primeros días se estuvo vendiendo desde la Agencia el éxito de la operación, cuando éste no fue tal.

LA DIFICULTAD DEL DESPERTAR

El próximo día 14 de febrero Rosetta intentará buscar a su media naranja por si Cupido quisiera dar una oportunidad a la sonda y al orbitador de encontrarse. Pero está difícil. Ese día, el orbitador pasará a menos de seis kilómetros del cometa según su ruta prevista, por lo que no tienen pensado cambiar la trayectoria orbital para buscar a Philae.

Encontrar a Philae es buscar una aguja en un pajar

Philae necesita energía adicional que va adquiriendo cuando el cometa muestra la cara dónde se haya el módulo de aterrizaje hacía el sol y su cercanía con el mismo. Como las fotografías realizadas desde el Rosetta son a distancias de 20 o 30 kilómetros, Philae resulta tres pequeños puntos (o pixeles) que desespera en la búsqueda del mismo. Además, las bajas temperaturas también dificultan las tareas de los sistemas electrónicos.

LAS ESPERANZAS SIGUEN AHÍ FUERA

No obstante, cuando acumule esa energía necesaria y resucite como tienen previsto desde la ESA, podría enviar la señal adecuada a Rosetta para poder encontrarse de nuevo. Se espera que sea en marzo cuando pueda lanzar alguna señal, pero no será hasta el verano cuando tenga la 'fuerza' suficiente para despertar y cargar sus instrumentos durante varias horas.

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