Cinco hijos del empresario José Maria Ruiz-Mateos han declarado este miércoles en la Audiencia Provincial de Madrid, acusados de provocar la quiebra de Finamerco, una de las empresas familiares, para eludir el pago de tres millones de euros en la adquisición de Bodegas Garvey. El fiscal pide penas de seis años de prisión para cada uno de ellos por un delito de insolvencia punible.

En el juicio, que comienza cuando se cumplen 18 años de la compra de las bodegas por parte de Finamerco a Grasspesherry, las defensas de los hermanos Ruiz-Mateos han coincidido en señalar al patriarca como el único responsable de todas las decisiones que se tomaban en las empresas de la familia. “Todo lo decidía él. Las actuaciones no eran compartidas ni conocidas por sus hijos”, ha señalado el abogado de Alfonso y Pablo Ruiz-Mateos en declaraciones recogidas por El País.

Según el contrato de compraventa, fechado el 1 de octubre de 1996, Finamerco compró Garvey por 650 millones de pesetas (3,9 millones de euros). En el acto de la escritura sólo se pagaron 50 millones de pesetas (300.000 euros) y el resto se dejó a deber.

La vista se celebra contra Pablo, Alfonso, Zoilo, Álvaro y Francisco Javier Ruiz-Mateos Rivero y contra María Angeles Gil Pérez, Víctor Tomás de la Cruz Gil, Encarnación y Carlos Solana Contreras, Zoilo Pazos Jiménez y Nuria Milagrosa Vidal de Pedro

Según la Fiscalía, los acusados “actuando de común acuerdo y guiados por el ánimo de enriquecerse ilícitamente” efectuaron diversas operaciones mercantiles entre el 30 de julio de 1997 y el 31 de marzo de 2000 para lograr la declaración de quiebra de Finamerco, de la que figuraban como administradores Pablo, Alfonso y Zoilo Ruiz-Mateos, Encarnación y Carlos Solana Contreras y Nuria Milagrosa, y eludir las obligaciones contraídas con la compra de las bodegas.

contador