“Las cosas ya van quedando claras: ni el mejor de los sueños España va a poder crecer lo suficiente para reducir su déficit vía ingresos, luego va a tener que hacerlo vía gastos: tijeras, hacha, podadora, motosierra”.
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Son palabras del siempre polémico economista Santiago Niño-Becerra, que advierte en su Carta de la Bolsa que calcula que vía ingresos van a conseguirse 12.000 millones de euros y vía gastos recortarse 48.000 millones.
“Lo que yo pienso es que esos 12.000 millones no se van a conseguir porque España, y otras economías se van a estancar a partir de que se tomen medidas de verdad para ‘sanear’ tras la publicación de las auditorías de los bancos, luego el peso se lo van a llevar los recortes”. Tajantes aseveraciones a las que acompaña con preguntas al aire: “¿Pueden imaginarse a la economía española teniendo que soportar en la situación actual un drenaje de gasto público de 50.000 millones de euros?”. Este drenaje, opina Niño-Becerra, se producirá en “protección social, empleados públicos (¿reforma del Estatuto de la Función Pública para poder despedir funcionarios?) e inversiones y mantenimientos, lo que desencadenará más pobreza, menos crecimiento y más situación deflacionaria”.
¿Y los mayores ingresos? “En impuestos ineludibles: IVA, IBI, impuestos especiales imposible de evitar, y multas hasta por respirar demasiado deprisa”. Su conclusión es que sí, “España cumplirá sus compromisos de déficit y cumplirá puntualmente sus pagos de intereses de deuda, pero la población será más pobre y la economía será más plana, para la mayoría, claro”.
Para este economista, las “anfetas” del Banco Central Europeo (BCE) acabarán siendo “parches puntuales para resolver problemas concretos, pero no arreglarán nada porque las anfetas nada arreglan. España no crece lo que debería y como debería, y cada vez más miembros de su población son menos necesarios. Y eso son dos superproblemas”.
INCRÉDULO CON EL MERCADO INMOBILIARIO
Según Idealista.com, el portal inmobiliario, el precio de la vivienda usada en España ha caído un 0,4% durante el mes de agosto y, tal y como indicó hace unos días el el índice Tinsa IMIE General, la caída en general del precio de las casas se ha acelerado y cayó un 4,4% en julio.
Buenas noticias que, sin embargo, para el siempre polémico economista Santiago Niño-Becerra, no es suficiente porque... ¿y las viviendas construidas? En La Carta de la Bolsa recuerda que España, en excesos inmobiliarios, es un país de récord: entre 2000 y 2006 se construyeron más viviendas que la suma de las que se construyeron en Reino Unido, Alemania e Italia. “Y a pesar de eso, recuerden lo que sucedió con los precios. Había demanda, demanda generada a base de deuda. Y claro, lo de la deuda queda dramáticamente puesto de manifiesto comparando la evolución de la tasa de variación anual del precio de la vivienda en relación a la renta disponible en Estados Unidos y en España”.
Avisa el economista catalán que entre los años 2001 y 2007, “España fue el lugar en el que unos pocos pudieron hacer negocio, mucho. Utilizando la vivienda como medio (pudieron ser los tulipanes, pero eso ya se había utilizado y en España esas flores como que no) se produjo una especie de transferencia de rentas desde la clases media y media-baja, fundamentalmente, hacia las grandes masas de capital ocioso utilizando a las entidades financieras como intermediarias. Lo que ha quedado ya se ve: una deuda privada imposible de pagar, un desempleo inabsorbible, más de 180.000 millones de créditos morosos-incobrables, …”.
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