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La regulación del cigarrillo electrónico es uno de los quebraderos de cabeza del Ejecutivo de Mariano Rajoy, que lleva, a través del Ministerio de Sanidad, varios meses valorando cómo equiparar su legislación a la del cigarrillo tradicional.

Explica La Razón que la anterior responsable de esta cartera, Ana Mato, ya dio un paso en este sentido en diciembre de 2013 al aprobar, junto a las Comunidades Autónomas, la prohibición de su uso en administraciones, transporte, colegios y hospitales. Ahora, el nuevo ministro Alfonso Alonso presentará una propuesta de enmienda que equiparará el uso del cigarrillo electrónico al del tabaco.

Así, se quiere prohibir su venta a menores y la restricción de la publicidad en horario infantil, explica el medio. Además, si la propuesta popular sale adelante, no se podrá usar en centros de trabajo, bares ni restaurantes.

De que se apruebe la medida depende su votación en la sesión del Congreso de este 28 de abril, aclara el rotativo, algo que ocurrirá con toda probabilidad con los votos del grupo popular. Sin embargo, la legislación está todavía en período de consultas y el resto de grupos añadirán sus propuestas.

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PROTESTAS DESDE EL SECTOR

El proyecto del PP sobre este producto ha levantado gran preocupación en el sector tabacalero. Fuentes consultadas por La Razón han defendido que el “e-cig” debe tratarse “como otra categoría de producto” y aplicarle otra regulación ya que, explican, si se aplica la misma que la del tabaco, “no se pueden desarrollar nuevos productos”.

De acabar el trámite en el Congreso con éxito, la medida equiparará España a Malta, el único país que hasta ahora pone a la misma altura el tabaco y el cigarrillo electrónico.

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