• Clinton mantuvo un discurso más presidencial y moderado
  • A falta de 20 días, la demócrata parece haber reforzado su posición
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Acaba el último debate de Las Vegas y los electores elegirán al ganador el próximo 8 de noviembre. Con apenas 20 días para que esto suceda, Hillary Clinton ha reafirmado su posición de favorita en la carrera electoral tras un encuentro en el que ha ofrecido su versión más presidencial.

Pero Donald Trump se había preparado mejor el debate que en otras ocasiones y con ganas de dar la vuelta a las encuestas. Logró por primera vez que Hillary sufriera con sus provocaciones. El candidato republicano consiguió por momentos que se saliera de su tono sereno con la Segunda Enmienda, las acusaciones sobre WikiLeaks, la Fundación Clinton y con las acusaciones sobre "errores" en su política exterior. Como apunta Inés Royo, investigadora de The Hispanic Council, "durante la primera media hora del debate se vio a un Trump mucho más calmado, explicando sus propuestas con contenido y determinación".

Trump pudo exponer bien su rechazo al aborto, su apoyo a la posesión de las armas de fuego e incluso pudo lanzar sus mensajes alarmantes sobre la inmigración, recordando la necesidad de levantar un muro en la frontera con México y definiendo como "bad hombres" a los ciudadanos que pasaban desde ese país. Temáticas que levantan a sus defensores y que no estaban escandalizando a sus detractores. Para Julio Cañero, director del Instituto Franklin-UAH, "Trump ha sabido atacar y en ocasiones arrinconar a su rival".

Trump pudo exponer bien su rechazo al aborto, su apoyo a la posesión de las armas de fuego e incluso pudo lanzar sus mensajes alarmantes sobre la inmigración

Todo iba bien para él hasta que cometió un error grave que cambió la dirección del debate. Ante sus numerosas acusaciones de amaños electorales, el moderador, Chris Wallace, le preguntó si aceptará los resultados, y el candidato republicano apuntó que decidirá “en su momento”, una afirmación que provocó una reacción inmediata de las redes sociales y la opinión pública de Estados Unidos.

Y la veleta del debate cambió de dirección. Clinton aprovechó este desliz para exponer las veces que Trump ha hablado de manipulación o error cuando las cosas no salen como él quiere. "Como en 2012 cuando no ganó un premio Emmy o durante las primarias republicanas cuando los resultados no le eran favorables", recuerda Inés Royo.

Donald Trump se volvió a una postura defensiva con su trato a las mujeres. Incluso desmintió a su propia mujer, Melania. "No me disculpé con ella porque no hice nada malo". Tal era la situación que vivía el republicano que comenzó a interrumpir a Clinton diciendo “falso” a sus afirmaciones, llegando incluso a profefir: “qué mujer más asquerosa”, otra sentencia muy alarmante en un debate de estas dimensiones.

Trataba de recuperarse cargando contra Clinton por la operación en Irak y la ofensiva que se está produciendo esta semana: "El beneficiario de lo que está pasando en Mosul va a ser Irán". Además el republicano cargó contra esta estrategia porque en su opinión "se ha estado varias semanas anunciando este ataque y los líderes de ISIS se han marchado". Pero la candidata demócrata ya comenzó a sentirse más cómoda desde su atril y le replicó: "Tenemos que ir a por al-Baghdadi igual que fuimos a por Bin Laden, mientras tu estabas en un 'reality'".

HUBO TIEMPO PARA HABLAR DE ECONOMÍA

El magnate atacó de nuevo al NAFTA y lo definió como "lo peor que le ha pasado a EEUU". Se refiere al tratado de libre comercio de América del Norte, que incluye EEUU, Canadá y México. Además el candidato republicano señaló que gracias a este acuerdo "los empleos están volando" a los países vecinos, y por otro lado apuntó que va "a bajar el Impuesto de sociedades".

Hillary Clinton consideró por su parte que "cuando le va bien a la clase media, a Estados Unidos le va bien". Por su parte propuso "subir el sueldo mínimo", indicando que "ayudar al medio ambiente" es importante y que "las mujeres tengan un sueldo digno" también. Habló de educación, porque defiende que ha preparado un plan con Bernie Sanders para que ir a la Universidad no sea algo clasista y que todos los que quieran estudiar puedan hacerlo. Un guiño que sirve para levantar a su electorado más juvenil y progresista.

EL MINUTO FINAL DE AMBOS DEFRAUDÓ

Ambos candidatos tuvieron un minuto final para poder dirigirse directamente a sus electores. Hillary Clinton apeló a la unidad en su minutos: "Me dirijo a todos los estadounidenses para conseguir entre todos que este país sea lo que tiene que ser. Sé la oportunidad que tenemos para incrementar la calidad de vida de todos. La defensa de los niños y de las familias. Trabajaré contra los poderosos, confiad en mi".

Mientras que Donald Trump reiteró que no se debe permitir cuatro años más de la administración Obama: "Clinton va a utilizar el dinero de la gente. Tenemos el mejor ejército pero está diezmado. Hay que cuidar a los veteranos y a los nacionales más que a los extranjeros. Voy a hacer más por los africanoamericanos y los latinos. Vamos a hacer que nuestro país vuelva a ser grande".

Para Inés Royo ambos perdieron la oportunidad de cerrar los debates en este minuto. No obstante, destaca el buen papel del moderador Chris Wallace que "cumplió con seriedad, rigor y corrección aunque en varios momentos se mostró muy duro contra Hillary Clinton", apunta la investigadora de The Hispanic Council.

Por su parte, Julio Cañero considera que " ninguno ha sabido dirigirse a los indecisos de sus propios partidos y mucho menos a los independientes". Eso sí, apunta que tras los tres debates "a no ser que algo catastrófico ocurra en la campaña de Clinton, ella será la siguiente presidenta de los Estados Unidos", indica el director del Instituto Franklin-UAH. Aunque serán los estadounidenses el próximo 8 de noviembre los siguientes en tomar la palabras para proclamar al ganador del premio de la Casa Blanca.

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