• La candidata demócrata buscará hacer fuerte su conocimiento y saber estar para agradar a los espectadores
  • El republicano intentará agradar al público mediante un discurso cercano y una gran capacidad de entretenimiento
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La primera batalla de atriles de las elecciones presidenciales de EE.UU promete ser única. Tras ella, dos encuentros más se producirán en la guerra entre ambos candidatos para alcanzar la Casa Blanca pero, este primer cara a cara entre Hilary Clinton y Donald Trump ha logrado acaparar toda la expectación mundial por el gran contraste que existe entre ambos contrincantes.

La Universidad de Hofstra, en Hempstead (Nueva York), será el escenario de un primer 'cara a cara' que comenzará a las 21.00, hora de la costa este de Estados Unidos, (03:00 am, hora española). Durante 90 minutos, y sin apenas tregua para el descanso, la candidata demócrata y el candidato republicano deberán defender opuestas posiciones sin apenas margen para el error. Para el director de Asesores de Comunicación Pública, Oscar Santamaría, este debate "no será decisivo y se decidirá su ganador a los puntos pero, lo peor que le puede pasar a algún candidato, es perder por KO", señala.

En la misma línea analiza Inés Royo, investigadora de The Hispanic Council, este encuentro: "Lo que ocurra esta noche dirigirá la agenda de los próximos días y podría determinar el futuro de alguno de los candidatos en caso de que se cometa algún error grave", apunta.

Unos 100 millones de personas, según las previsiones, observarán el encuentro entre los candidatos peor valorados de la reciente historia norteamericana

El encuentro político promete como show televisivo. Unos 100 millones de personas, según las previsiones, observarán el encuentro entre los candidatos peor valorados de la reciente historia norteamericana, en gran medida por los escándalos que arrastran y que a buen seguro saldrán a la luz. Los sondeos, entretanto, siguen sin dar nada por seguro de cara a la cita con las urnas el 8 de noviembre.

Según la última encuesta publicada este lunes por Bloomberg, la elección general está empatada con un 46% de los votos para cada uno, por lo tanto, como apunta Inés Royo "ambos llegan en similares condiciones y se juegan lo mismo: el despuntar en las encuestas, dar un golpe de efecto en la campaña y presentar qué es lo que están dispuestos a hacer si llegan a ser Presidentes de EEUU", indica.

Por otro lado, como asegura Oscar Santamaría "un aspecto importante en este cara a cara es la cuestión del debate entre un hombre y una mujer. Nunca ha sucedido entre candidatos pero sí entre los vicepresidentes Sarah Palin y Joe Biden, y este factor tuvo mucha importancia en su lectura posterior", señala el experto en comunicación política.

CLINTON SE APOYARÁ EN SU CONOCIMIENTO AUNQUE DEBE CALAR EN EL ESPECTADOR

Clinton, marcada por aspectos polémicos de su etapa al frente del Departamento de Estado, tiene ante sí el reto de pasar página a unas semanas en las que Trump ha recuperado terreno. El actual presidente estadounidense, Barack Obama, le ha aconsejado que sea "ella misma" y su equipo confía en su experiencia política como principal baluarte.

La exsecretaria de Estado asume que no le bastará con que Trump se equivoque o incluso mienta durante el debate, habida cuenta de que ya ha cometido errores en la campaña que no le han terminado de pasar factura en las encuestas, según 'The Washington Post'. El principal objetivo de Clinton pasa por demostrar ante millones de personas que el magnate reconvertido a político no está preparado para ser presidente.

Para el politólogo, Ignacio Martín Granados, la candidata republicana "controla los temas pero no logra entusiasmar al electorado". Algo que comparte Oscar Santamaría que señala "que pese a su gran preparación, Clinton sigue teniendo cierta distancia con el electorado", algo que considera peligro en un debate ya que es un evento para "conectar con la gente y no para demostrar quién es el más listo", indica.

TRUMP BUSCARÁ 'METERSE AL ESPECTADOR EN EL BOLSILLO' PERO SIN PERDER LOS PAPELES

El candidato republicano, por su parte, tiene como principal ventaja lo poco que se espera de él y su experiencia televisiva. Polémico e imprevisible, Trump ha basado su carrera durante las primarias en un estilo propio que antepone la contundencia del mensaje a su contenido y que ha dejado entrever lagunas políticas que Clinton previsiblemente tratará de jugar a su favor. "Trump puede mostrarse agresivo y continuar con la línea general de los debates durante las primarias en los que sin dudarlo atacó a sus contrincantes, les gritó e incluso llegó a insultarles; o puede mostrarse tranquilo e incluso dialogante, como demostró en el debate de Miami el pasado 11 de marzo", señala Inés Royo.

No obstante, su estilo directo y espontáneo, así como la imagen de empresario de éxito y de un septuagenario lleno de vitalidad física, le han hecho ganar muchos adeptos y puede ser una gran virtud en este debate si sabe potenciarlo. "Trump tiene que sorprender, este debate ya es algo serio con respecto a todo lo que había hecho hasta el momento", apunta Martín Granados.

LESTER HOLT, UN MODERADOR CON GRAN PROTAGONISMO

Los temas entorno a los que girará se centrarán en la economía, la seguridad y la "dirección" del país, según informó la Comisión de Debates Presidenciales de Estados Unidos. Los tres segmentos "la dirección de Estados Unidos, alcanzando la prosperidad y asegurando a Estados Unidos", fueron propuestos por el presentador de NBC News Lester Holt, que oficiará de moderador. "Es la primera vez que Holt modera un debate presidencial y no va a poder escapar también del escrutinio del público y de los analistas ya que se espera que intervenga con cierto peso", apunta la investigadora de The Hispanic Council, que aporta un dato respecto a Holt que "es la acusación de Trump de que es demócrata aunque varios medios han revelado que está registrado como republicano" señala Inés Royo.

Holt será el encargado de dar paso a cada uno de los tres capítulos se dividirá en dos segmentos de 15 minutos, que a juzgar por los títulos podrían enfocarse en economía, educación, política exterior y defensa, pero podrían albergar un amplio margen de preguntas.

Tras este encuetro habrá otros dos debates presidenciales (el 9 y 19 de octubre) antes de las elecciones del 8 de noviembre entre los mismo protagonistas, y también tendrá lugar un cara a cara entre los candidatos a vicepresidente (el 4 de octubre).

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