• Artur Mas ve escasear los apoyos a su lista soberanista para las autonómicas y busca en Mariano Rajoy un aliado
  • Ambos líderes confluirían en su deseo de frenar a las izquierdas alternativas y a Ciudadanos
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Artur Mas está cada vez más solo. El romance que parece haber surgido entre las otras dos fuerzas soberanistas, ERC y la CUP, que estarían alienando sus intereses en el escenario de una Cataluña independiente y la falta de apoyo claro y explícito de la sociedad civil a su iniciativa de lista unitaria, han llevado al president de la Generalitat a una senda inexplorada en la que se encuentra perdido de cara a las elecciones del 27 de septiembre. Ante el más que probable naufragio de su proyecto, habría buscado un extraño compañero de viaje: el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a quien, según ha podido saber Bolsamanía, habría mandado un SOS.

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Fuentes conocedoras de la situación han contado en exclusiva a este medio que Mas ha telefoneado al líder del Ejecutivo para solicitar su ayuda, que llegaría en forma de adelanto de las elecciones generales a la fecha del 27 de septiembre. El president catalán se suma así a los distintos miembros de la clase política, que por diversos motivos, tanto dentro como fuera del PP que, están instando a Rajoy a que se decida a convocar a los electores a las urnas en esas fechas, una opción que Rajoy ya descartó hace algunos meses, pero que está tomando cada vez más fuerza.

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Mas ha telefoneado al líder del Ejecutivo para solicitar su ayuda, que llegaría en forma de adelanto de las elecciones generales a la fecha del 27 de septiembre

Desde su propio partido, el PP catalán habría lanzado esta misma solicitud varias veces al jefe del Gobierno. Diversos asesores 'populares' y del gobierno también se muestran favorables a este adelanto y desde la oposición, PSOE, Ciudadanos y Podemos, ven con muy buenos ojos esta opción. La última en unirse a esta petición ha sido la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, quien cree, según declaraciones a la prensa, que "lo más conveniente para España" es un adelanto electoral, para hacer coincidir los comicios generales con las autonómicas catalanas, previstas para el mes de septiembre.

Sin embargo, según informaciones de El País, desde las filas socialistas no confían en que Rajoy tome esta decisión y creen que seguirá gobernando hasta agotar la legislatura.

En cualquier caso, el clamor de aliados y “enemigos” podría llevar a Rajoy a ceder a las presiones y aprovechar la oportunidad para atajar dos problemas: el auge de Ciudadanos, que en Cataluña amenaza con relegar al PP a una posición residual en el Parlamento autonómico, y el envite del soberanismo, que aunque parece que ha perdido fuelle puede volver a tomar carrerilla en cualquier momento.

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LOS MOTIVOS DE MAS

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Las razones de Mas se explicarían por la reticencia de sus aliados soberanistas a cubrirle la espalda y al haber soltado el lastre de Unió por el camino. De hecho, en gran parte por esta última cuestión, Mas también ve como las clases bienestantes catalanas y los poderes fácticos le han dado la espalda, ya que el discurso de la independencia no ha convencido al empresariado catalán que ve en la incertidumbre que provoca su aventura soberanista un mal mayor a evitar. De hecho, UDC mantendría buena parte de las simpatías de los círculos que ostentan el poder económico en Cataluña, que siempre han visto en Josep Antoni Duran i Lleida un líder cabal en el que confiar y que representa sus intereses.

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Sin embargo, gran parte de estas clases han virado hacia Ciuadanos y prestan un apoyo más o menos explícito a la formación presidida por Albert Rivera y a la candidata en Cataluña, Inés Arrimadas. No en vano esta fuerza escalaría posiciones hasta disputar la tercera posición en la composición de la Cámara catalana a la misma ERC, según una reciente encuesta de El Periódico.

Otro de los miedos de Mas se encarna en una posible candidatura de confluencia de las izquierdas alternativas en Cataluña

Otro de los miedos de Mas se encarna en una posible candidatura de confluencia de las izquierdas alternativas en Cataluña. Convergència ya perdió la importante plaza de Barcelona por la mínima a manos de la lista BComú, que ha llevado a Ada Colau a ser la alcaldesa de la capital catalana, y Podemos busca afinidades para repetir el “milagro”.

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De momento, Pablo Iglesias y la secretaria general de Podem (Podemos), Gemma Ubsart, contarían con el apoyo de ICV-EUiA, declarado públicamente por su líder Joan Herrera. Pero la reedición de esta lista de izquierdas está lejos de ser una realidad, ya que la influyente pieza de Procés Constituent presenta batalla en una cuestión fundamental: la inclusión en el programa electoral de un referéndum por la independencia de Cataluña. La religiosa Teresa Forcades tiene muy claro que el derecho a decidir debe ser una prioridad en Cataluña, no así sus otros socios. Además, otro escollo evita la confluencia en las elecciones catalanas: las cuotas de representación de las fuerzas.

Sin embargo, aunque queda mucho camino por hacer, el arrastre social de esta hipotética lista “Catalunya sí puede” o “Catalunya en Comú” es innegable. De hecho, en la encuesta de El Periódico era la única fuerza capaz de disputarle el liderazgo a Artur Mas: obtendrían entre 30 y 31 escaños, frente a los 33 - 35 con los que se alzaría Convergència.

Con este estrecho margen de diferencia y con el escenario soberanista cada vez menos claro, al presiden de la Generalitat le ha entrado el miedo en el cuerpo y el mensaje de ayuda que ha enviado a Moncloa podría ser la excusa que les falta a unos y otros para que acudamos a las urnas a elegir a nuestros representantes en las Cortes Generales para los próximos cuatro años. Si ante tal eventualidad Mas decide dar otro golpe de efecto y no convocar las elecciones autonómicas el 27-S es ya harina de otro costal.

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