• Ambos partidos convergen en cuanto a sus propuestas, pero la sombra de Renzi aún pesa en el seno socialista
  • La cuestión se resume en cuánto desea el 'PD' evitar nuevas elecciones
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Roma, Italia

En una Italia ingobernable, Europa reza por un acuerdo entre aquellos que juraron jamás quererse. Y visto lo visto, un acuerdo entre el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y el Partido Democrático (PD) podría resolverse en los próximos días. La fecha para firmar este gobierno por conveniencia es el próximo jueves 3 de mayo, límite tras el que solo queda la alternativa de volver a pasar por las urnas.

Las conversaciones entre el partido de ultraderecha 'Liga Norte' y el partido dirigido por Luigi Di Maio no fructificaron por sus diferencias sobre el papel que Silvio Berlusconi debía tomar en esta 'gran coalición', ante la que los mercados temblaban. Los populistas de 'M5S' negaban bajo toda posibilidad la inclusión de 'Forza Italia', el partido dirigido por el mediático ex presidente, en la ecuación. Sin embargo, la 'Liga Norte' defendía su fidelidad al partido que obtuvo el 14% de las papeletas. Una línea roja sobre la que naufragó este acuerdo.

Una coalición entre socialistas y el partido fundado por Beppe Grillo sería posible al reunir el 51,3% de los votos. La semana pasada, el presidente Sergio Mattarella otorgó el poder al portavoz de 'M5S' en la cámara baja, Roberto Fico, de explorar las posibilidades de este inesperado 'amor'. La renuncia del antiguo líder del 'PD', Matteo Renzi, fue entendida por los analistas como un guiño a esta posibilidad, eliminando al gran enemigo de Di Maio, al que en varias ocasiones tildó de "extremista". "Dejo las riendas del Partido Democrático. Es necesario abrir una nueva página", afirmó Renzi al confirmar su marcha.

Este no era el plan inicial de Bruselas, que suspiraba por una alianza entre el 'PD' y 'Forza Italia', sin embargo, sus desastrosos resultados en las elecciones negaron esta posibilidad, al no alcanzar el mínimo necesario para gobernar del 40% de los votos. A partir de ese momento, cualquier coalición ganadora pasaba por pactar con los populistas.

UN PROBLEMA DE POLÍTICOS, NO POLÍTICAS

Las políticas y medidas que ambos partidos presentaron durante sendas campañas convergen en varios puntos. Coincidencias que quedaron evidenciadas el pasado lunes en un documento publicado por 'M5S' en el que resaltaba sus puntos de encuentro con el partido de Maurizio Martina, líder en funciones de los socialistas. El apoyo a medidas que prevengan la desigualdad y la pobreza, que luchen contra el desempleo juvenil e incentiven la contratación indefinida, y estrechen las medidas fiscales con Europa son algunos de los ejemplos.

Sin embargo, el problema reside en los integrantes del partido socialista, con una gran fractura debilitando el interior del 'PD'. Mientras que los miembros más extremos apoyan el pacto con Di Maio, otros aún recuerdan y honran la sombra de Renzi y se oponen a tal posibilidad. El desacuerdo es tal, que el actual viceministro de Desarrollo Económico, Carlo Calenda, ha asegurado que romperá el carnet de su partido si la alianza se oficializa.

La cuestión se centra, por lo tanto, en cuánto desea el Partido Democrático evitar unas nuevas elecciones. La prensa italiana especula con el gran poder que ostenta Renzi en su ex partido pese a su abandono, con el apoyo de 125 de los 209 miembros del partido, 70 de los 111 escaños que poseen los socialistas en el Congreso y 30 de los 52 senadores del 'PD' que ocupan un asiento en la cámara alta. Y es este último escenario el que mayores complicaciones genera, ya que ambos partidos alcanzan la mayoría, sumando sus fuerzas, 'por los pelos'. Las cartas están sobre la mesa, el 5 de mayo se descubre si hay ganador.

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